Esta semana, la Fiscalía de Milán ha iniciado una investigación sobre ciudadanos italianos que, motivados por una perversa fascinación por las armas y posibles lazos con la extrema derecha, habrían financiado a francotiradores durante el asedio de Sarajevo. Esta macabra práctica, que se extendió desde 1992 hasta 1996, se cobró la vida de más de 11.500 personas.
El fiscal Alessandro Gobbis está al frente de este caso, que apunta a individuos de regiones como Piamonte, Triveneto y Lombardia, acusados de homicidio voluntario con el agravante de crueldad y motivos despreciables. Según informa ‘La Repubblica’, estas personas habrían invertido entre 80.000 y 100.000 euros para participar en lo que algunos describen como una ‘cacería humana’.
Los investigadores cuentan con una serie de sospechosos y testigos para interrogar, incluyendo a un exoficial de inteligencia bosnio que compartirá información crucial sobre cómo estos ‘turistas de guerra’ eran transportados desde Belgrado hasta las colinas alrededor de Sarajevo.
Este caso no es el único testimonio de tales actos durante el asedio, como lo refleja el documental ‘Sarajevo Safari’ de Miran Zupanic, lanzado en 2022. Entre los testigos que colaboran con Gobbis se encuentra un exoficial de inteligencia esloveno, víctima de un francotirador, y un bombero que declaró en el juicio a Slobodan Milosevic en La Haya sobre la presencia de estos ‘tiradores turistas’.
La investigación fue impulsada por el trabajo del fotógrafo y periodista Ezio Gavazzeni y cuenta con el apoyo de figuras como el juez Guido Salvini y la exalcaldesa de Sarajevo, Benjamina Karic.











