El Ministerio de Exteriores de Irak ha convocado al embajador británico en Bagdad, Irfan Siddiq, debido a sus comentarios recientes que cuestionaban a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), un grupo de milicias proiraníes que forman parte de las fuerzas de seguridad del país.
«El Gobierno iraquí considera (sus declaraciones mediáticas emitidas el 8 de agosto) una violación de las normas diplomáticas y una injerencia en los asuntos internos del país»,
señala un comunicado que también pide al embajador que «abstenerse de realizar nuevas declaraciones o actividades de este tipo y a actuar de forma que fomente las relaciones amistosas entre ambos países».
Mohamed Husein Bahr al Ulum, subsecretario de Asuntos Bilaterales, ha manifestado la «profunda preocupación del Gobierno» y ha enfatizado «que esta conducta contraviene las disposiciones de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que obliga a los representantes diplomáticos a respetar las leyes y reglamentos del Estado anfitrión y abstenerse de interferir».
Además, la cartera diplomática iraquí ha destacado la «necesidad» de mantener una comunicación «constructiva» y seguir los principios de respeto mutuo y no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
En una entrevista televisada, el embajador británico argumentó que, tras la derrota territorial de Estado Islámico, la misión de las FMP había concluido y que Irak ya no requería su intervención en el contexto de seguridad actual, mencionando que incluso Bagdad ha pedido el fin de la Coalición Internacional al reconocer que la amenaza del terrorismo ha disminuido.