Irán anuncia medidas equivalentes contra Australia después de la expulsión de su diplomático

Archivo - El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Esmaeil Baqaei (archivo)Iranian Foreign Ministry/ZUMA Pr / DPA - Archivo

Este martes, las autoridades de Irán han anunciado que adoptarán medidas equivalentes en respuesta a la acción de Australia de expulsar al embajador iraní en Canberra, tras las acusaciones de estar implicado en diversos incidentes antisemitas ocurridos en Sídney y Melbourne, acusaciones que Irán ha negado rotundamente.

‘Cualquier acción inapropiada a nivel diplomático derivará en una respuesta recíproca. Mis colegas están revisando la respuesta (a Australia)’, declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, quien también afirmó que Teherán ‘rechaza totalmente’ las acusaciones de Australia.

‘El concepto de antisemitismo no tiene cabida en nuestra religión’, explicó Baqaei, antes de agregar que ‘este concepto fue creado por Occidente y son ellos los que han de rendir cuentas por su pasado’, según reportes de la agencia de noticias iraní Tasnim.

Baqaei también mencionó que ‘lo que está claro es que esta decisión (de Australia) parece estar influenciada por acontecimientos internos en Australia’, incluyendo las manifestaciones ‘contra el genocidio en Gaza’. ‘Esta acción contra Irán, que es una acción contra la diplomacia, busca compensar el pequeño nivel de críticas que Australia ha vertido contra el régimen sionista’, añadió.

Las declaraciones de Baqaei se produjeron poco después de que el primer ministro australiano, Anthony Albanese, comunicara que el embajador iraní en Canberra, Ahmad Sadeghi, había sido declarado ‘persona non grata’ debido a evidencias de que el Gobierno iraní estaba detrás de al menos dos ataques contra la comunidad judía, incluyendo el incendio de una sinagoga en Melbourne en diciembre pasado.

‘Fueron intentos de socavar la cohesión social y sembrar la discordia en nuestra comunidad’, señaló Albanese en una conferencia donde también anunció la designación de la Guardia Revolucionaria como una organización terrorista, después de que la Inteligencia australiana confirmara su involucramiento en al menos dos ‘y probablemente más ataques’ contra comunidades judías en el país.

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