Abbas Araqchi, Ministro de Exteriores iraní, ha expresado su rechazo a la reactivación de las sanciones impuestas por la ONU debido a su programa nuclear, criticando duramente tanto a Estados Unidos como al grupo E3, compuesto por Alemania, Francia y Reino Unido, por optar por la “confrontación” y advirtiendo que Irán no se someterá a estas “medidas ilegales”.
En una carta enviada al secretario general de la ONU, António Guterres, Araqchi ha calificado de “inválida” la decisión del E3 de reinstaurar las sanciones de manera inmediata, argumentando que esta carece de base legal y procedimental. El diplomático iraní ha criticado a los tres países europeos por no emplear los mecanismos de resolución de controversias establecidos en los acuerdos de 2015 y por justificar ataques contra instalaciones iraníes, refiriéndose a las recientes acciones militares de Irán y Estados Unidos.
“Los intentos de revivir resoluciones obsoletas no solo son jurídicamente infundados, sino que también carecen de justificación política y moral”, declaró Araqchi, añadiendo que estos ataques israelíes y estadounidenses han hecho que dichas resoluciones sean “irrelevantes y desconectadas de la realidad actual”.
Araqchi lamentó que esta posición fuera contraria a la de otros países involucrados en los acuerdos de 2015 como China y Rusia, y reiteró que “el Consejo de Seguridad no puede actuar basándose en información defectuosa de los tres países europeos”.
“Ningún país está obligado a restablecer las restricciones previas. El derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas son claros en establecer que no se pueden crear obligaciones mediante procedimientos inválidos o por la falta de consenso en el Consejo”, señaló el ministro iraní. Además, subrayó que los intentos de EEUU y el E3 por reactivar estas sanciones son “inútiles” y criticó la “falta de autoridad” y el “abuso flagrante” en su proceder, instando a Guterres a detener estas medidas y prevenir que los recursos de la ONU se destinen a “acciones ilegales”.
Araqchi concluyó afirmando que, aunque Irán siempre ha favorecido la diplomacia para solucionar conflictos, se reserva el derecho de responder de la manera que considere si se sigue perjudicando a su nación, recayendo la responsabilidad en aquellos que “han preferido la confrontación y la presión a la cooperación”.