Las autoridades de Irán han criticado con dureza este jueves las “amenazas” y “ataques” lanzados por el Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela después del “bloqueo completo” de las embarcaciones que entran y salen del país caribeño anunciado por el presidente estadounidense, Donald Trump.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores iraní ha calificado estas medidas como “acciones ilegales” contra Venezuela y ha expresado su total “rechazo” a las mismas, al considerar que evidencian una política de Washington “basada en el uso de la fuerza y el continuo acoso”. “Esto supone una grave violación de los principios y normas internacionales y de la Carta de Naciones Unidas”, ha sostenido.
Asimismo, Teherán ha acusado a Washington de “vulnerar la liberad de navegación y la seguridad marítima”, además de la “libertad de comercio”. “Las acciones de Estados Unidos para atacar, confiscar y obstruir los libres movimientos de buques comerciales desde Venezuela son un claro ejemplo de piratería estatal”, ha lamentado el Ministerio.
El texto ha recalcado además que “citar leyes a nivel local para realizar estas acciones unilaterales e ilegales y justificarlas no puede servir de base para legitimar tales acciones criminales”, antes de subrayar que “ninguna potencia tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Venezuela y dicho país tiene derecho a defenderse de cualquier amenaza externa de agresión de acuerdo con la Carta de la ONU”.
En esta misma línea, Exteriores ha cargado contra “la continuación del unilateralismo de Estados Unidos” frente a “Estados independientes, en ausencia de una respuesta responsable por parte de la comunidad internacional y la ONU”. “La normalización de esta ausencia de legalidad en las relaciones internacionales es un peligro para y puede tener consecuencias en la seguridad y la paz globales”, ha zanjado.
Las palabras de Irán se producen pocas horas después de que el Ejército estadounidense haya matado a otras cuatro personas en un nuevo ataque contra embarcaciones en el océano Pacífico. Estas operaciones, que se añaden a las registradas en el mar Caribe y que dejan ya cerca de 90 víctimas mortales, buscan incrementar la presión sobre el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y se enmarcan en la supuesta lucha de Washington contra el narcotráfico.