El Consejo de Ministros de Israel ha dado luz verde de manera definitiva a la declaración de 19 nuevos asentamientos en el norte de Cisjordania, entre ellos Ganim y Kadim, desocupados en 2005. Con esta decisión se culmina un procedimiento administrativo del que organizaciones humanitarias como Peace Now informaron a mediados de este mes.
“Seguimos haciendo historia en los asentamientos y en el Estado de Israel. Después de veinte años, estamos arreglando una dolorosa injusticia para devolver Ganim y Kadim al mapa de asentamientos”, ha proclamado el ministro de Finanzas, el ultranacionalista Bezalel Smotrich, impulsor de la iniciativa junto al titular de Exteriores, Israel Katz.
Los colonos de Ganim y Kadim, situados al oeste de la ciudad palestina de Yenín, fueron desalojados y la sinagoga desmantelada por el Ejército israelí en el marco de la retirada de Israel de la Franja de Gaza en 2005.
En mayo pasado, el Ejército israelí ya había autorizado el regreso a estos enclaves, en un movimiento interpretado como respuesta a la decisión de España, Noruega e Irlanda de reconocer al Estado de Palestina.
Smotrich ha subrayado además que, en los últimos tres años, las autoridades israelíes han creado 69 asentamientos en el territorio ocupado de Cisjordania, un “récord sin precedentes”.
“El pueblo de Israel está regresando a su tierra, reconstruyéndola y fortaleciendo su control sobre ella. Esto es sionismo simple, correcto y moral”, ha manifestado Smotrich en su cuenta de la red social X.
Esta política de expansión de colonias, denunciada reiteradamente por Naciones Unidas como contraria al Derecho Internacional, constituye un nuevo paso destinado a “bloquear el establecimiento de un estado terrorista palestino”. “Seguiremos desarrollándonos, construyendo y asentándonos en la tierra de nuestros antepasados, con fe en la rectitud del camino”, ha concluido Smotrich.
A raíz de las primeras informaciones difundidas a mediados de mes, el jefe de la Comisión Palestina de Resistencia al Muro y al Asentamiento, Muayad Shaban, advirtió en un comunicado de que la decisión supone “una peligrosa escalada que revela las verdaderas intenciones del Gobierno de ocupación de afianzar el sistema de anexión, apartheid y la judaización completa” de Palestina.
Según este organismo, la medida se enmarca en una “política sistemática” orientada a consolidar “el control israelí permanente sobre las tierras palestinas” y constituye “un desafío flagrante al Derecho Internacional y a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, especialmente a la Resolución 2334”, que declara ilegales los asentamientos.
“El actual Gobierno de ocupación está trabajando de acuerdo con una visión estratégica encaminada a acabar con la posibilidad de establecer un Estado palestino geográficamente contiguo mediante la expansión de los asentamientos y su vinculación con redes de carreteras coloniales y de seguridad que sólo sirven a los colonos”, sostuvo la Comisión Palestina.
Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) afirmó en otro comunicado que la decisión “refleja la naturaleza extremista” del Ejecutivo encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, “que trata las tierras palestinas como botín colonial y busca desesperadamente afianzar” el entramado de asentamientos para “lograr el control completo de Cisjordania”.