Este lunes, las fuerzas armadas de Israel han intensificado sus operaciones aéreas, dirigiendo sus ataques hacia lo que describen como ‘infraestructura’ de Hezbolá en diversas áreas del sur y este de Líbano. Esto ocurre a pesar de que hace aproximadamente un año, ambos bandos acordaron un alto el fuego tras trece meses de enfrentamientos continuos desde los incidentes del 7 de octubre de 2023.
Según un comunicado oficial, los bombardeos se centraron en la región del valle de la Becá y el sur libanés, impactando una instalación usada por Hezbolá para el lanzamiento de cohetes, la cual ha mostrado recientes actividades terroristas, aunque Hezbolá no ha atacado a Israel desde que comenzó el cese al fuego.
‘Numerosas infraestructuras terroristas fueron atacadas en Nabatiyé y también fueron atacadas infraestructuras en una instalación para la producción y almacenamiento de armas estratégicas en el valle de la Becá’, afirmaron desde el ejército, sin reportar víctimas por estos ataques.
Israel acusa a Hezbolá de intentar restaurar sus capacidades terroristas en Líbano, alegando que estas actividades representan una violación al acuerdo de alto el fuego. ‘Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) seguirán actuando para eliminar cualquier amenaza y proteger al Estado de Israel’, aseguraron.
En las últimas semanas, Israel ha aumentado su ofensiva en Líbano, presionando por el desarme de Hezbolá, quien ha resistido estos llamados y ha criticado las acciones israelíes, al igual que Beirut y las Naciones Unidas.
A pesar de los acuerdos, Israel ha mantenido cinco posiciones militares en el sur de Líbano, lo que también ha sido objeto de críticas por parte de las autoridades libanesas y Hezbolá, quienes exigen el retiro de estas fuerzas.
