Jonathan Miller, vice representante de Israel en la ONU, ha justificado los ataques militares israelíes en Siria, describiéndolos como una obligación religiosa y moral, y ha confirmado que seguirán las acciones contra militantes yihadistas en el sur de dicho país.
No debemos mantenernos sin hacer nada si hay derramamiento de sangre del prójimo, ha mencionado Miller, citando un pasaje de la Torá. Esto no solamente es una obligación religiosa, sino también moral y que está, ha afirmado, consagrada como derecho en nuestro código legal en Israel.
El funcionario israelí ha asegurado que su nación está comprometida con mantener la región sudoccidental de Siria como una zona desmilitarizada, y que también tiene la obligación moral de proteger a la población drusa. Sin embargo, ha sostenido que su gobierno no pretende interferir en la política interna de Siria, sino simplemente prevenir la presencia de infraestructura terrorista cerca de sus fronteras.
Por este motivo vamos a llevar a cabo estos ataques precisos contra los militantes yihadistas en el sur de Siria, ha anunciado Miller, en una reunión donde ha criticado que se condene a Israel por motivos políticos, ignorando la brutal masacre contra el pueblo de Siria, en referencia a la violencia contra la comunidad drusa.
Por su parte, el representante permanente de Siria ante la ONU, Koussay Aldahak, ha rechazado categóricamente el pretexto utilizado por Israel para justificar estos actos de agresión, y ha enfatizado que Siria no representa una amenaza para ningún país de la región ni del exterior. Estas prácticas no son más que una prolongación de la política sistemática de la ocupación destinada a socavar la estabilidad de Siria y arrastrarla al conflicto, ha denunciado Aldahak. Además, ha subrayado que los sirios están más unidos que nunca en rechazar la agresión israelí y cualquier amenaza a la estabilidad y seguridad de su nación, que necesita el respaldo de la comunidad internacional.
A su vez, Jaled Jiari, subsecretario general para Oriente Próximo, Asia y Pacífico de la ONU, ha alertado sobre cómo la transición política pacífica e inclusiva de Siria está en peligro tras la violencia sectaria mortal y los ataques aéreos israelíes. Ha reiterado la condena inequívoca de António Guterres a todos los actos que avivan las tensiones sectarias y privan al pueblo sirio de su oportunidad de paz y reconciliación tras 14 años de conflicto brutal.
Finalmente, la representante de Estados Unidos, Dorothy Shea, ha asegurado que su país no apoya los ataques de Israel y que está trabajando con ambas naciones para resolver la crisis y alcanzar un acuerdo de paz duradero entre dos estados soberanos. Estados Unidos apoya la unidad nacional de Siria y busca una solución pacífica que incluya a todos sus grupos minoritarios, ha declarado Shea, instando también a Damasco a investigar las denuncias de abusos y hacer que los responsables rindan cuentas.