La Asamblea de la prefectura japonesa de Niigata ha dado este lunes su visto bueno a un proyecto de ley presupuestario que permite la reactivación de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, considerada la más grande del planeta, más de catorce años después del desastre de Fukushima Daiichi, que sufrió un grave accidente nuclear en 2011 tras un potente seísmo y el posterior tsunami.
“Garantizar la seguridad será un proceso continuo. Empezaremos a difundir las medidas de seguridad y a preparar rutas de evacuación y refugios”, ha afirmado tras la votación el gobernador de la prefectura, Hideyo Hanazumi.
La iniciativa legislativa --respaldada por los votos del Partido Liberal Democrático (PLD)-- fue registrada a comienzos de diciembre por el propio gobernador, después de completar varios estudios sobre la percepción de la reapertura entre los residentes de la zona.
La instalación dispone en la actualidad de siete reactores parados, gestionados por Tokio Electric Power Company (Tepco), la misma compañía que operaba los seis reactores de la central de Fukushima Daiichi en el momento del siniestro de 2011.
Según ha informado la cadena pública NHK, se prevé que la Unidad 6 del complejo, situado en la franja costera de Niigata --a unos 260 kilómetros de Tokio-- sea el primer reactor en volver a funcionar, con fecha estimada para el próximo 20 de enero.
La nueva primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, se ha posicionado a favor de relanzar la energía nuclear con el objetivo de abaratar el coste de la electricidad, pese a que una parte importante de la población japonesa mantiene muy presentes las imágenes del tsunami de 2011, que arrasó el litoral y provocó el fallo de los sistemas de seguridad de la central de Fukushima.
Aquel violento terremoto, de magnitud 9 en la escala Richter, seguido de un enorme tsunami, causó cerca de 18.000 fallecidos. A diferencia de lo ocurrido en Chernóbil, las partículas liberadas en Fukushima se vertieron sobre todo al océano y no tanto a la atmósfera, lo que convirtió al sector pesquero en uno de los principales damnificados de la tragedia desde el punto de vista económico y laboral.