Este jueves, la administración estadounidense ha designado a Jim O’Neill, subsecretario del Departamento de Sanidad, como el nuevo director interino de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), reemplazando a Susana Monarez, quien fue destituida recientemente. La Casa Blanca ha expresado que Monarez no se encontraba «alineada» con las políticas del presidente, Donald Trump.
O’Neill, que ocupó el cargo de subsecretario desde junio y previamente durante el gobierno de George W. Bush, asume el cargo de forma provisional. Según fuentes del departamento liderado por Robert Kennedy Jr., Monarez ha contestado su cese, como reportó ‘The Hill’. O’Neill es conocido por su gestión en la Fundación Thiel, respaldada económicamente por un donante de Trump.
Desde la Casa Blanca, se ha indicado que el anuncio oficial del nombramiento de O’Neill se realizará «pronto», y se ha reafirmado el compromiso de Trump y Kennedy con la «restauración de la confianza, la transparencia y la credibilidad de los CDC».
En una conferencia de prensa, Karoline Leavitt, portavoz de la Presidencia, explicó que inicialmente se le solicitó a Monarez que renunciara, comprometiéndose a hacerlo pero luego retractándose. «El presidente la ha despedido y está en todo su derecho», enfatizó Leavitt. Además, aclaró que «El presidente tiene la autoridad de despedir a quien no esté alineado con su misión».
Los abogados de Monarez han comunicado que ella no renunciará y han criticado su despido, atribuyéndolo a su rechazo a seguir directrices «poco científicas e imprudentes» y a una renovación de personal. Afirmaron que Monarez «prefirió proteger a la población antes que servir a una agenda política». Tras su destitución, al menos cuatro altos funcionarios de Sanidad han renunciado, denunciando interferencias políticas, incluyendo uno que criticó el «uso de la salud pública como arma» por parte del gobierno de Trump.















