John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de los EE.UU., se ha presentado voluntariamente ante las autoridades para enfrentarse a las acusaciones de haber manejado de forma inapropiada información clasificada. Las imputaciones surgieron el jueves pasado cuando se le acusó de compartir y almacenar ilegalmente datos secretos.
Bolton, quien desempeñó su función durante la presidencia de Donald Trump, ha negado todas las acusaciones, argumentando que son el resultado de una persecución política iniciada por su anterior jefe, con quien ha tenido discrepancias notorias y públicas sobre políticas de seguridad durante años.
El exasesor llegó a las 08:30 horas (14:30 horas en la península ibérica y Baleares) al tribunal federal de Greenbelt, Maryland, tras ser imputado por un gran jurado por divulgar más de mil páginas ‘en forma de diario personal’ a dos miembros de su familia y por acumular ‘documentos, escritos y notas relacionadas con la defensa nacional’, según el documento de acusación.
Anteriormente, Bolton fue una figura prominente en la comunidad de inteligencia de EE.UU. y defendió la política ultranacionalista de Trump en el exterior como embajador ante la ONU. Sin embargo, ha perdido el favor del presidente, que ha expresado públicamente su satisfacción por los procedimientos judiciales en su contra. Bolton enfrenta un total de 18 cargos, incluidos ocho por transmisión y 10 por retención de información de defensa nacional, cada uno con una pena máxima posible de 10 años de cárcel, aunque es probable que reciba una sentencia reducida al no contar con antecedentes penales.














