La incipiente presidencia de José Jerí en Perú ha estado marcada por una ola de violencia con un saldo de 54 muertes violentas, incluyendo la de un manifestante, en tan solo los primeros diez días desde que asumió el cargo, tras la destitución de Dina Boluarte. Este incidente ocurrió durante las primeras protestas contra su gobierno, que tuvieron lugar cinco días después de su investidura.
Según datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), desde el 10 hasta el 21 de octubre, se contabilizaron 54 homicidios en el país, con un homicidio ocurriendo aproximadamente cada casi cuatro horas. Las regiones más golpeadas han sido Lima, con 22 casos, y La Libertad, con diez.
Estas muertes son una continuación del problema de inseguridad en el país, que ya acumula 1.798 homicidios desde el inicio del año. La administración de Boluarte, que terminó entre críticas por su incapacidad para manejar la inseguridad, fue precedida por su polémica salida tras un tiroteo en un concierto en Lima que resultó en múltiples heridos.
Jerí, quien también ha sido criticado y tiene acusaciones previas de conducta sexual inapropiada, instauró un estado de emergencia en Lima y Callao como una de sus primeras acciones. Esta medida, sin embargo, no ha prevenido nuevos actos de violencia, incluyendo el asesinato de un policía durante las primeras horas de su aplicación.
A pesar de la declaración de emergencia, los homicidios y extorsiones han aumentado, afectando principalmente a transportistas. Estos últimos han liderado recientes protestas, y según críticas, la medida gubernamental restringe el derecho a la protesta. Los opositores argumentan que la presencia militar no detiene las redes de extorsión, que operan a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería.
PRIMERA MUERTE DE UN MANIFESTANTE
Jerí se suma a la lista de presidentes peruanos con muertes durante protestas en su contra. A diferencia de otros, como Manuel Merino, que renunció cinco días después de asumir el cargo, Jerí enfrentó su primera gran protesta cinco días después de su investidura, culminando con varios heridos y una muerte.
Eduardo Ruiz Sanz murió por un disparo del agente Luis Magallanes, quien estaba de civil en ese momento. A pesar de las pruebas, la policía terminó por reconocer a Magallanes como un ‘héroe’ en ‘legítima defensa’, aunque esto contradice las evidencias visuales del incidente.














