La junta militar que se hizo con el poder en Guinea Bissau tras el reciente golpe de Estado contra el hasta ahora presidente, Umaro Sissoco Embaló, ha comunicado la designación de 65 figuras del ámbito político, castrense y de la sociedad civil que formarán parte del Consejo Nacional de Transición (CNT). Este órgano asumirá las competencias de cámara legislativa con el objetivo de conducir el retorno del país al orden constitucional.
El Alto Mando Militar para la Restauración de la Seguridad Nacional y el Orden Público (ACM), denominación oficial de la junta, ha dado este paso después de la aprobación de la Carta Política de Transición, el texto que regula el proceso transitorio y que prevé la creación del CNT como instancia política encargada de encauzar el diálogo nacional y supervisar las actuaciones de las nuevas autoridades.
El CNT estará compuesto por 65 miembros repartidos entre representantes escogidos por el presidente de transición, Horta N’Tam; designados por el propio ACM; delegados de formaciones políticas; integrantes de organizaciones de la sociedad civil y portavoces regionales, de acuerdo con la información publicada por el diario guineano “O Democrata”.
Este órgano, cuya sesión constitutiva está prevista para este mismo viernes en la sede de la Asamblea Nacional Popular, en el Palacio Colinas de Boé, contará con diez personas seleccionadas por N’Tam, 16 militares nombrados por el ACM, 20 representantes de partidos políticos, once delegados de organizaciones de la sociedad civil y nueve representantes de las distintas regiones del país africano.
La Carta Política de Transición, promulgada esta misma semana, deja en suspenso la Constitución vigente hasta ahora en Guinea Bissau, fija un periodo transitorio de doce meses y veta al presidente y al primer ministro de transición la posibilidad de concurrir a las elecciones que se celebrarán al término de este ciclo.
N’Tam ya había designado a finales de noviembre a los miembros del nuevo Gobierno, apenas tres días después del derrocamiento de Embaló, desencadenado por las tensiones surgidas tras las elecciones presidenciales, en las que tanto el jefe del Estado como el principal aspirante opositor, Fernando Dias da Costa, reclamaron su victoria antes de la proclamación oficial de los resultados, cuya publicación quedó suspendida a raíz de la asonada.











