Una victoria histórica que rompe el equilibrio político chileno
Chile ha dado este domingo un giro histórico con la elección de José Antonio Kast, abogado de 59 años y líder del Partido Republicano, como nuevo presidente del país.
Con el 99% de los votos escrutados, Kast ha logrado un 58,1%, imponiéndose con una ventaja de más de 16 puntos sobre la candidata de la izquierda, Jeannette Jara, que obtuvo un 41,8%.
El resultado supone el peor desempeño electoral del progresismo chileno desde 1990, año del retorno a la democracia, y convierte a Kast en el primer presidente de extrema derecha que llega a La Moneda en este periodo democrático.
El primer presidente que no rompe con el legado de Pinochet
El triunfo de Kast tiene una fuerte carga simbólica. Es la primera vez que un dirigente que no ha tomado distancia clara de la dictadura de Augusto Pinochet (1973–1990) alcanza la presidencia.
A diferencia de otros líderes de la derecha chilena, Kast apoyó el Sí en el plebiscito de 1988 y, a lo largo de su trayectoria política, no ha realizado una ruptura explícita con el régimen.
Desde 1990, Chile fue gobernado en dos ocasiones por Sebastián Piñera, un presidente conservador que, sin embargo, había votado por el No a Pinochet y que llegó a reconocer públicamente la existencia de “cómplices pasivos” de la dictadura, un gesto que marcó distancia con el pasado autoritario.
Kast representa una derecha distinta, más ideológica y menos ambigua respecto a ese legado.
Mensajes de transición y gestos de moderación
Tras confirmarse su victoria, Kast mantuvo una conversación telefónica con el presidente saliente, Gabriel Boric, en un tono cordial. Boric le deseó una transición ordenada y le trasladó que conocería “la soledad del poder”.
Kast agradeció el contacto y pidió contar con la opinión de su antecesor a partir del 11 de marzo, fecha en la que asumirá el cargo.
En su primer discurso público desde Las Condes, el presidente electo adoptó un tono conciliador: reconoció el “coraje” de su rival, subrayó que hay personas buenas y malas en todos los sectores políticos y aseguró que “Chile no avanza dividido”.
Jeannette Jara reconoció la derrota de manera inmediata y felicitó a Kast, mientras Boric, desde La Moneda, llamó a su sucesor a tender puentes en un país profundamente polarizado.
Del eje Pinochet–democracia al eje orden–refundación
El resultado confirma que Chile ya no se explica en los términos del plebiscito de 1988.
La histórica división entre el Sí y el No, dictadura y democracia, ha sido reemplazada por una nueva fractura política surgida tras el estallido social de 2019 y el fallido proceso constituyente, rechazado en 2022 por un 62% de los votantes.
Hoy el país se mueve entre dos polos: restauración y refundación. La apuesta refundacional impulsada por sectores de la izquierda durante el Gobierno de Boric sufrió un golpe decisivo con el rechazo constitucional y ha terminado por perder respaldo social, especialmente en los sectores populares.
Seguridad, migración y miedo: las claves del voto
Kast ha construido su victoria sobre dos grandes preocupaciones ciudadanas: la inseguridad y la migración irregular. Chile ha visto duplicarse la tasa de homicidios en la última década y, aunque sigue siendo más baja que en otros países de la región, el miedo ha crecido con rapidez.
Según el Global Safety Report 2025 de Gallup, Chile es el sexto país del mundo con mayor percepción de inseguridad, por encima de la mayoría de países latinoamericanos. La extrema derecha ha capitalizado ese temor con un discurso de mano dura, promesas de orden y propuestas como la construcción de una mega cárcel en el desierto de Atacama.
En paralelo, Kast ha prometido medidas contundentes contra los cerca de 330.000 migrantes irregulares, en su mayoría venezolanos, y ha convertido el control migratorio en uno de los ejes de su campaña.
Un Gobierno de emergencia y muchas incógnitas
El presidente electo gobernará hasta marzo de 2030 con la promesa de un Gobierno de emergencia para afrontar tres crisis: delincuencia, migración irregular y bajo crecimiento económico. Ha anunciado recortes de hasta 6.500 millones de dólares en gasto fiscal, aunque sin detallar aún cómo se aplicarán.
Kast no contará con mayorías parlamentarias, pese al crecimiento de su partido en la Cámara de Diputados. La izquierda mantendrá capacidad de bloqueo desde el Senado, lo que anticipa un escenario de fuerte tensión institucional.
La gran incógnita es el estilo de su presidencia: si optará por un modelo similar al de Giorgia Meloni, Jair Bolsonaro o Javier Milei, o por una combinación propia.
Seis años después del estallido social y cuatro años después de la elección de Boric, el péndulo político chileno ha vuelto a moverse con fuerza.











