Kilmar Ábrego García, originario de El Salvador, acusó a través de sus representantes legales de haber sido víctima de maltratos físicos y psicológicos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, donde ha sido retenido por el gobierno de Nayib Bukele tras ser deportado por Estados Unidos. En este centro, se reporta la detención de numerosos migrantes.
Según un documento presentado en el Tribunal Federal de Maryland, Ábrego García enfrentó condiciones extremas en la instalación. En una ocasión, «y otros veinte salvadoreños fueron obligados a arrodillarse desde aproximadamente las nueve de la noche hasta las seis de la mañana, con guardias golpeando a cualquiera que cayese de cansancio». «Durante este tiempo, al demandante Ábrego García se le denegó el acceso a los servicios y se defecó encima». Como resultado de estas condiciones, perdió 14 kilos en solo dos semanas, según sus abogados.
Además, se menciona que Ábrego fue aislado de otros reclusos con tatuajes de pandillas, señalándosele que «tus tatuajes están bien», debilitando las acusaciones de su supuesta vinculación con la Mara Salvatrucha (MS-13).
La defensa de Ábrego García ha solicitado a la jueza Paula Xinis, quien ya había ordenado facilitar su liberación en abril, que adopte medidas para restaurar la situación de Ábrego antes de ser «impropiamente enviado a El Salvador» y que asegure su liberación de la custodia estadounidense. También han pedido garantías de que no será enviado de nuevo a El Salvador o a un tercer país sin aviso previo y oportunidad de defensa.
La semana anterior, Jonathan Guynn, abogado del Departamento de Justicia, declaró ante la jueza Xinis que planean mantener a Ábrego bajo custodia de ICE y empezar los procedimientos para su expulsión «a un tercer país».