El dirigente de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha reconocido la muerte de nueve integrantes del Ejército Popular de Corea (KPA, por sus siglas en inglés) que se encontraban destacados junto a las Fuerzas Armadas rusas en la guerra de Ucrania. Estas bajas se enmarcan en la estrecha cooperación militar entre Pyongyang y Moscú, una relación que se ha intensificado de forma notable en los últimos años.
“Salvo la desgarradora pérdida de nueve vidas, todos los oficiales y soldados del regimiento han regresado a la patria, y les expreso mi agradecimiento por ello”, ha expresado Kim durante su intervención –recogida por la agencia oficial KCNA– en la ceremonia de bienvenida de la Unidad de ingenieros del Ejército norcoreano en el extranjero.
En su discurso, el líder norcoreano afirmó sentirse “realmente orgulloso de (esas) filas de soldados leales y de su poderosa unidad de combate”, el 528º Regimiento de Ingenieros del Ejército Popular de Corea, al que elogió por su actuación “heroica” durante los 120 días de despliegue en el exterior, una misión ordenada por el gobernante Partido de los Trabajadores.
“Ningún otro ejército podría imitar la ennoblecedora mentalidad ideológica de nuestro personal militar, que considera una fuente de honor en lugar de la muerte sacrificarse por su país”, ha continuado Kim, subrayando que “los villanos armados de Occidente” no han podido contra el “heroísmo masivo” de las tropas norcoreanas, pese a contar “con el armamento militar más moderno”.
Según una estimación considerada “muy probable” por los servicios de Inteligencia de Reino Unido y difundida a finales de octubre, las Fuerzas Armadas de Corea del Norte habrían sufrido más de 6.000 bajas, entre muertos y heridos, en su despliegue en la región rusa de Kursk. Esta cifra representaría más de la mitad de los 11.000 militares que el régimen de Kim Jong Un habría enviado inicialmente para respaldar a su aliado ruso en la guerra contra Ucrania.
Pyongyang decidió enviar estas unidades para reforzar la defensa rusa tras la incursión militar ucraniana en la región de Kursk. Desde el principio, el despliegue quedó circunscrito a territorio ruso, aunque el nivel de implicación y las tareas asignadas a los soldados norcoreanos han ido cambiando con el paso de los meses.
Analistas y especialistas en seguridad consideran que Corea del Norte tratará de aprovechar las “oportunidades” que brinda el conflicto para reforzar sus capacidades militares, en particular en el uso y despliegue de drones en operaciones de combate reales, como habría sucedido con su presunta participación en bombardeos sobre la región ucraniana de Sumi.











