Este lunes, el Kremlin ha expresado nuevamente sus reservas respecto a la legalidad de las recientes elecciones parlamentarias en Moldavia. Ha declarado que “cientos de miles” de moldavos residentes en Rusia no pudieron ejercer su derecho al voto. Sin embargo, no ha realizado un análisis profundo sobre la victoria de los partidos proeuropeos en estos comicios.
El portavoz presidencial ruso, Dimitri Peskov, ha indicado que se pospondrá un comentario detallado para “más tarde”, aunque ha mencionado que “algunas fuerzas políticas” ya están señalando “posibles violaciones electorales”, haciendo eco de las críticas de algunos partidos alineados con Moscú.
“Por lo que vemos y sabemos, podemos asegurar que cientos de miles de moldavos fueron privados de la posibilidad de votar en la Federación Rusa”, afirmó Peskov, criticando que solo se habilitaron dos mesas electorales, lo cual consideró “insuficiente”, según reportes de la agencia de noticias Interfax.
En estas elecciones, el Partido Acción y Solidaridad (PAS) de Moldavia, al que pertenece la presidenta Maia Sandu, obtuvo casi un 50 por ciento de los votos, mientras que el Bloque Electoral Patriótico (BEP), de orientación prorrusa, logró cerca de una cuarta parte de los sufragios, de acuerdo con los resultados preliminares.
Ante estos acontecimientos, las autoridades moldavas habían denunciado intentos de injerencia rusa antes de la votación, un tema que ha captado la atención tanto en Moscú como en capitales europeas. Peskov ha comentado este lunes que ve “muy difícil” o “casi imposible” un diálogo futuro con el actual Gobierno moldavo.