La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado este miércoles luz verde a un proyecto de ley que, si finalmente entra en vigor, impondría penas de hasta diez años de prisión a los médicos que proporcionen a menores tratamientos vinculados a la afirmación de género, incluidos procedimientos quirúrgicos y medicamentos bloqueadores de la pubertad.
Con un resultado de 216 votos a favor y 211 en contra, la Cámara baja ha sacado adelante la iniciativa impulsada por la congresista ultraconservadora Marjorie Taylor Greene, que convierte en delito grave este tipo de intervenciones médicas, tal y como ha informado la cadena CNN. Cuatro legisladores republicanos se han desmarcado votando en contra, mientras que tres demócratas han respaldado la propuesta.
En la antesala de la votación, la representante demócrata Sarah McBride, primera congresista transgénero declarada, ha arremetido contra los republicanos del Congreso por estar “obsesionados con las personas trans”. McBride ha denunciado que los republicanos están “intentando politizar una comunidad y una atención médica incomprendidas”, subrayando que “la atención médica de nadie debería ser politizada”. “Están obsesionados con esto y son extremos al respecto”, ha remachado, en referencia al foco puesto por los republicanos en estos tratamientos.
El proyecto ha recibido el rechazo frontal de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), que ha censurado su aprobación mediante un comunicado publicado en su página web.
La organización ha alertado de que, si el Senado terminase respaldando la iniciativa, tendría efectos “inmediatos y devastadores” en la vida de los jóvenes transgénero y de sus familias en todo el país. ACLU ha recalcado que “estos tratamientos médicos y de salud mental (...) cuentan con el apoyo de la Asociación Médica Estadounidense, la Asociación Estadounidense de Psicología y la Academia Estadounidense de Pediatría”.
En la misma línea, el director nacional de políticas y asuntos gubernamentales de la organización, Mike Zamore, ha sostenido que “los políticos nunca deberían prohibir a los padres hacer lo mejor para sus hijos transgénero”.
“Estas familias a menudo pasan años considerando la mejor manera de apoyar a sus hijos, solo para que políticos mal preparados interfieran intentando criminalizar la atención médica que ellos, sus hijos y sus médicos consideran necesaria para que sus hijos prosperen”, ha lamentado Zamore, criticando la intromisión legislativa en las decisiones médicas.
Además, ha avisado de que esta propuesta “sienta un precedente increíblemente peligroso”, ya que, según ha defendido, “criminaliza la atención en base a ideologías y pone a los políticos de Washington entre las familias y sus médicos”.
En este contexto, ACLU ha condenado “enérgicamente” la aprobación de la medida y ha pedido a los senadores “hacer todo lo posible para evitar que se convierta en ley”. Según ha avanzado CNN, es poco probable que el texto reúna el respaldo demócrata suficiente para salir adelante en el Senado, donde ni siquiera está garantizado que llegue a debatirse.