La Justicia de Malasia ha rechazado este lunes la petición del ex primer ministro Najib Razak, encarcelado desde hace más de tres años por delitos de blanqueo de capitales y abuso de poder, para que el resto de su condena se ejecutase en régimen de arresto domiciliario.
El Tribunal Superior malasio ha concluido que el documento real en el que se apoya la solicitud, y que supuestamente permitiría al antiguo jefe de Gobierno terminar su pena reducida de seis años en su vivienda, no fue tramitado conforme al procedimiento exigido por la legislación vigente.
La jueza Alice Loke ha subrayado que el rey de Malasia, el sultán Ibrahim Iskandar, debía haber recabado previamente el criterio de la junta de indultos del país antes de emitir la orden mencionada por el exmandatario para que las autoridades la pusieran en práctica. “El ejercicio del poder prerrogativo de la misericordia no es una excepción” a las competencias del monarca que deben ejercerse conforme a la Constitución, ha indicado, según el portal de noticias Free Malaysia Today.
Najib, de 72 años, presentó en 2024 una solicitud de revisión judicial con el objetivo de forzar al Gobierno a aplicar dicho decreto, alegando que no fue anunciado por la Junta de Indultos y que, en consecuencia, el Ejecutivo se encontraba en desacato. Ese mismo año, la Junta decidió recortar a la mitad su condena de prisión, de doce a seis años, y rebajó la multa de 210 a 50 millones de ringgit (de casi 44 a algo más de 10 millones de euros).
El ex primer ministro ingresó en la cárcel en agosto de 2022 después de que un tribunal de apelación ratificara la sentencia en su contra, al considerarlo culpable de blanqueo de dinero y abuso de funciones por apropiarse de 42 millones de ringgit (unos 9,2 millones de euros) de SRC International, una filial de 1MDB, el fondo estatal que él mismo impulsó.
Najib, desalojado del poder por una coalición encabezada por el ex primer ministro Mahathir Mohamad, afronta acusaciones de blanqueo de capitales desde que el diario “The Wall Street Journal” revelara en 2015 la transferencia de 681 millones de dólares a una de sus cuentas personales.