República Centroafricana (RCA) acude este domingo a las urnas para celebrar elecciones presidenciales, legislativas, regionales y municipales, en una cita marcada por la tentativa del actual presidente, Faustin-Archange Touadéra, de asegurarse un tercer mandato frente a seis aspirantes más, entre ellos dos ex primeros ministros cuyas candidaturas han sido finalmente aceptadas después de que un tribunal desestimara los recursos que pretendían excluirles por supuesta doble nacionalidad.
Touadéra, en el poder desde 2016, concurre tras el referéndum constitucional de 2023 --boicoteado por buena parte de la oposición-- que permitió suprimir el límite de mandatos, objetivo que ya trató de sacar adelante en 2020, cuando se topó con el rechazo de la entonces presidenta del Tribunal Constitucional, Daniéle Darlan, contraria a la reforma.
La consulta, en la que el 'sí' se impuso con el 95 por ciento de los sufragios, introdujo además la ampliación del mandato presidencial a siete años, la supresión del Senado, la posibilidad de que el jefe del Estado designe a un vicepresidente y la prohibición de que ciudadanos con doble nacionalidad puedan aspirar a la Presidencia.
Pese a que Touadéra recibe cada vez más críticas por lo que sus detractores describen como un giro autoritario y por sus estrechos vínculos con Rusia --incluida la presencia de mercenarios del antiguo Grupo Wagner en apoyo del Ejército frente a diversos grupos armados--, los acuerdos de paz alcanzados con varias facciones rebeldes han reforzado su posición política.
El Gobierno de Touadéra firmó en 2019 un pacto de paz con catorce grupos armados, aunque varios de ellos se retiraron en 2020 y lanzaron a comienzos de 2021 una ofensiva sobre la capital, Bangui, tras constituir la Coalición Patriotas por el Cambio (CPC), respaldada por el expresidente François Bozizé, cuya candidatura a las presidenciales de diciembre de 2020 fue invalidada.
Bozizé, que posteriormente se proclamó públicamente líder de la CPC, se vio obligado a abandonar el poder y huir del país tras la ofensiva de la coalición Séléka --de mayoría musulmana-- por incumplir los acuerdos de paz firmados después de la primera guerra civil centroafricana (2004-2007). Finalmente, el avance de la CPC fue frenado y Touadéra logró conservar la jefatura del Estado.
El presidente consiguió en abril cerrar acuerdos de paz con los influyentes grupos rebeldes Unión por la Paz en Centroáfrica (UPC) y Retorno, Reclamación y Rehabilitación (3R), que anunciaron su disolución en julio, a los que se sumó en noviembre el Movimiento Patriótico Centroafricano (MPC). Por ello, se prevé que estos comicios se desarrollen en un entorno de seguridad relativamente mejor que en procesos anteriores.
Los aspirantes en liza
Además de Touadéra, que deberá afrontar las sospechas de posibles irregularidades, presiones políticas y amenazas a la seguridad que, según Human Rights Watch (HRW), podrían afectar a la credibilidad del proceso, se presentan otros seis candidatos, entre los que sobresalen los ex primeros ministros Henri-Marie Dondra y Anicet-Georges Dologuélé.
Dologuélé, que estuvo al frente del Gobierno entre 1999 y 2001 y que ya se midió con Touadéra en las presidenciales de 2015 y 2020, y Dondra, primer ministro de Touadéra entre 2021 y 2022, se han visto salpicados por acusaciones de poseer doble nacionalidad --de Congo y Francia, respectivamente--, aunque el Tribunal Constitucional resolvió a su favor el 14 de noviembre.
Dologuélé obtuvo más del 21,5 por ciento de los votos en las elecciones de 2020, en las que denunció fraude, y se perfila como el principal rival capaz de disputar la victoria a Touadéra, pese a no contar con el apoyo del principal bloque opositor, el Bloque Republicano para la Defensa de la Constitución (BRDC), que ha decidido boicotear la cita electoral.
Dondra, por su parte, es un economista que trabajó durante años para organismos internacionales antes de regresar a Bangui en 2016 para ocupar la cartera de Finanzas en el Ejecutivo de Touadéra. En 2021 fue nombrado primer ministro, pero su destitución en 2022, atribuida a tensiones entre sectores profranceses y prorrusos dentro del Gobierno, le empujó a la oposición.
Los otros contendientes son Aristide Briand Reboas, antiguo responsable de los servicios de Inteligencia y exministro de Juventud y Deportes; Serge Ghislain Djorie, médico y exministro de Comunicaciones de Touadéra; Marcelin Yalemende, pastor evangélico; y Eddy Symphorien Kparekouti, uno de los redactores de la Constitución aprobada en 2023.
En este marco, el director para RCA de HRW, Lewis Mudge, afirmó recientemente que “las elecciones determinarán la trayectoria política del país durante los próximos años”, puesto que “pese a los progresos tangibles para establecer la paz, la obstrucción a la participación opositora, la disfuncionalidad administrativa y las preocupaciones sobre un retorno a la represión pueden privar de sus derechos a grandes segmentos de la población”.
La organización identifica como principales focos de inquietud la capacidad de la Autoridad Nacional Electoral para gestionar adecuadamente la votación, los problemas logísticos en la cadena de suministros, los registros electorales incompletos y la falta de formación del personal que trabajará en los colegios electorales, especialmente fuera de Bangui. A ello se suman las dudas sobre el impacto de la inseguridad y la escasez de transporte en las zonas rurales.
Llamamiento de la ONU a unos comicios “pacíficos”
Mientras tanto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó esta semana a las autoridades a garantizar unas elecciones “pacíficas, ordenadas, inclusivas y creíbles”, y pidió a “todos los actores” que “eviten acciones que puedan incitar a la violencia o socavar la credibilidad del proceso”.
Guterres destacó que la convocatoria de este domingo incluya las municipales, ausentes en el país desde 1988 y que “son una cláusula clave” del acuerdo de paz de 2019. “Su celebración representa un hito histórico en el proceso de paz y es un paso clave hacia la consolidación de la descentralización de la autoridad estatal”, señaló, según su viceportavoz, Farhan Haq.
De este modo, los comicios se consideran un hito en el intento de estabilizar un país todavía marcado por el conflicto pese al acuerdo de 2019 y por la fragilidad de los servicios básicos y el impacto del cambio climático, que alimentan una crisis humanitaria que mantiene a más de dos millones de personas necesitadas de ayuda y a cerca de un millón de desplazados, conforme a los datos de la ONU.
El Banco Mundial recuerda que RCA --un Estado sin salida al mar en el corazón de África-- “sigue siendo uno de los países más pobres y frágiles del mundo”, a pesar de disponer de abundantes recursos naturales, como minas, petróleo, oro y diamantes. En 2022 ocupaba uno de los últimos puestos del Índice de Capital Humano (posición 191 de 193), sin que su potencial agrícola se haya traducido en una mejora significativa de las condiciones de vida.
El país cuenta con unos 5,5 millones de habitantes, de los que cerca de 2,4 millones están inscritos en el censo electoral, y registra una esperanza de vida cercana a los 57 años (datos de 2023), mientras que únicamente el 15,7 por ciento de la población dispone de acceso a la electricidad (cifras de 2022), según el Banco Mundial.
“RCA se encuentra en una encrucijada y no es posible celebrar elecciones creíbles si no se abordan las preocupaciones legítimas”, alertó Mudge. “El camino del país hacia la estabilidad depende de procesos políticos inclusivos y competitivos que reflejen la voluntad de todas las comunidades, no solo de quienes tienen acceso al poder”, concluyó.