El más reciente repunte del conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya, iniciado hace dos semanas, se ha saldado ya con 53 civiles fallecidos (34 del lado tailandés y 19 del lado camboyano), según han comunicado este domingo las autoridades de ambos países. Los datos se conocen en plena escalada de bombardeos e incursiones a través de la frontera, sin que por ahora se vislumbre un desenlace cercano.
En su balance actualizado este domingo, el Ministerio de Salud de Tailandia ha indicado que 34 civiles han perdido la vida desde el 7 de diciembre hasta hoy. De ellos, 33 han muerto por el impacto de proyectiles procedentes de Camboya y uno ha fallecido “en un ataque directo”, según el informe difundido por el Ministerio y recogido por los medios tailandeses.
Además, el Ejército tailandés mantiene el registro de 19 militares muertos en el marco de estas hostilidades, una cifra que se suma al recuento de víctimas civiles en el país.
En el lado camboyano, la portavoz del Ejército, la general Maly Socheata, ha señalado este domingo en rueda de prensa que se tiene constancia de 19 civiles muertos, entre ellos un menor, así como de 79 heridos desde que se reanudaron los combates hasta la tarde del pasado sábado. El mando militar camboyano no ha ofrecido, por ahora, datos sobre posibles bajas entre sus soldados.
En cuanto a la población desplazada, el Ministerio de Salud de Tailandia calcula que unas 213.000 personas han sido evacuadas y se encuentran actualmente acogidas en 889 albergues habilitados en la zona fronteriza. Camboya, por su parte, eleva la cifra de desplazados a casi 520.000, incluidos aproximadamente 165.000 niños.
Pese a la magnitud de la crisis humanitaria, ninguno de los dos gobiernos ha anunciado avances significativos en el terreno diplomático durante las últimas horas. No obstante, la mediación de Estados Unidos, a través del secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, ha manifestado su confianza en que pueda alcanzarse un alto el fuego “el lunes o el martes” de la próxima semana.