Internacional

Las RSF consolidan su avance en Darfur Norte con la captura de dos nuevas localidades

Las RSF se hacen con Abú Qumra y Um Buru en Darfur Norte, refuerzan su control tras la caída de El Fasher y agravan la crisis humanitaria en Sudán.

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Niños sudaneses en un campamento de desplazados en El Fasher, capital de Darfur Norte, en el oeste de Sudán (archivo) Europa Press/Contacto/UNICEF

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Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), grupo paramilitar sudanés, han comunicado la conquista de otras dos localidades en el estado de Darfur Norte, dentro de su ofensiva en esta región occidental de Sudán. Este nuevo avance se suma a la toma a finales de octubre de la capital regional, El Fasher, donde el grupo llevó a cabo graves abusos, incluidas ejecuciones, secuestros y violaciones.

En su nota oficial, las RSF han señalado que sus combatientes se han hecho con el control de Abú Qumra y Um Buru, “liberándolas completamente de los restos de los grupos terroristas y mercenarios”. “Estas zonas han presenciado ataques sistemáticos y actos de venganza por parte de elementos de los terroristas Hermanos Musulmanes en el Ejército y las llamadas Fuerzas Conjuntas”, ha explicado la organización armada.

Asimismo, el grupo ha manifestado: “Garantizamos a los ciudadanos de estas zonas que no serán atacados, recalcando que conocemos su sufrimiento y los horrores que han soportado a causa de la guerra, la muerte, el desplazamiento y la migración forzosa”, antes de remarcar que su “principal deber” es “proteger a los civiles” y “eliminar los restos de los grupos mercenarios”.

Según ha informado el portal sudanés Sudan Tribune, la ocupación de estas poblaciones se ha producido después de la retirada de la Fuerza Conjunta, aliada del Ejército sudanés, que se ha replegado de la zona. Hasta el momento, ni las autoridades ni las Fuerzas Armadas del país han ofrecido explicaciones públicas sobre las razones de este movimiento.

El conflicto interno en Sudán estalló por las profundas desavenencias en torno al plan para integrar a las RSF dentro de las Fuerzas Armadas regulares, un proceso que hizo descarrilar la transición política abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya gravemente deteriorada tras el golpe de Estado que depuso en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.

La guerra, en la que participan indirectamente varios países que respaldan a las distintas facciones, ha hundido a Sudán en una de las peores crisis humanitarias del planeta. Millones de personas se han visto obligadas a huir como desplazados internos o refugiados, mientras crece la preocupación internacional por la expansión de enfermedades y por los daños sufridos por infraestructuras esenciales, lo que dificulta la asistencia a cientos de miles de afectados.