El recientemente nombrado primer ministro francés, Sébastian Lecornu, ha declarado que su administración introducirá ‘rupturas’ en comparación con el periodo de François Bayrou, afectando tanto la ‘forma’ como el ‘fondo’. En su primer comunicado, Lecornu ha intentado establecer conexiones con la oposición.
‘Debemos ser más imaginativos y rigurosos al interactuar con los grupos opositores’, expresó durante la ceremonia oficial donde asumió el cargo, anticipando encuentros con los partidos políticos en los que se basará la continuidad del nuevo gobierno.
La ceremonia fue concisa, y Lecornu, quien antes se desempeñaba como ministro de Defensa, optó por no realizar ‘grandes discursos’. ‘La inestabilidad y la crisis política que enfrentamos requieren de humildad’, comentó, un día después de su designación por parte del presidente Emmanuel Macron.
Lecornu también ha elogiado a Bayrou por el ‘extremo coraje’ con el que defendió sus posturas, que irónicamente le costaron el cargo después de perder una moción de confianza en la Asamblea Nacional por amplia mayoría.
Bayrou ha ofrecido su ‘ayuda’ al nuevo gobierno y se ha comprometido a ‘unir’ diferentes perspectivas. Tanto grupos de izquierda como de ultraderecha han manifestado su descontento con la nueva selección de un aliado de Macron, y han exigido la disolución de la Asamblea y la convocatoria a elecciones anticipadas.