Tom Fletcher, quien dirige los Asuntos Humanitarios de la ONU, expresó su pesar el viernes por la ‘enorme devastación’ resultante del sismo que sacudió el este de Afganistán el pasado domingo, dejando un saldo de más de 2.200 fallecidos y afectando a miles en una región ya golpeada por conflictos prolongados.
‘Miles de personas en áreas aisladas que han estado lidiando con desplazamientos durante décadas ahora han perdido sus hogares y sustentos. Entre los afectados hay comunidades que recientemente han recibido a miles de repatriados de Irán y Pakistán que apenas comenzaban a reconstruir sus vidas’, declaró Fletcher en un comunicado.
Además, enfatizó que la existencia de explosivos en la zona debido a conflictos previos ‘aumentan el peligro’ para los civiles. ‘Esta nueva crisis resalta el elevado coste de recortar los fondos para ayuda humanitaria esencial’, indicó.
‘Los significativos recortes han llevado a la suspensión de la distribución de alimentos y asistencia sanitaria básica, impactando a millones’, señaló, mientras lamentaba la reducción de personal humanitario en el área.
No obstante, destacó que los equipos de la ONU ‘han podido mantenerse activos, bajo el liderazgo de la coordinadora humanitaria de la ONU en Afganistán, Indrika Ratwatte’. Tras el terremoto, la OCHA asignó 10 millones de dólares (8,5 millones de euros) para suministrar alimentos, agua y brindar asistencia y protección a los niños.
‘Aunque las autoridades ‘de facto’ han respondido rápidamente y otros países han proporcionado ayuda, esto no es suficiente. Fracasar ahora conllevaría más sufrimiento y pérdida de vidas, especialmente con el invierno próximo’, indicó. ‘Necesitamos que los donantes se unan nuevamente por el pueblo afgano como en ocasiones anteriores’, concluyó.
