Volker Turk, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, exige que se detengan de forma «inmediata» las deportaciones de refugiados y solicitantes de asilo afganos, particularmente de aquellos en peligro de sufrir persecución, arresto sin justificación o tortura al volver a Afganistán, actualmente bajo control talibán.
«Los países de la región deben garantizar que los retornos a Afganistán sean voluntarios, seguros, dignos y conformes al Derecho Internacional», declaró Turk, señalando que muchos han sido forzados a volver, mientras otros han sido motivados por «amenazas, acoso e intimidación».
Turk ha subrayado que las personas tienen «derecho» a solicitar asilo y a que se evalúe su pedido «de forma justa antes de cualquier medida de expulsión forzosa». «Las deportaciones que violan estas normas básicas deben cesar de inmediato», enfatizó en su comunicado.
De acuerdo con datos de la ONU, más de 300.000 afganos han sido deportados desde Pakistán desde principios de año, y durante los últimos siete meses, casi 1,9 millones han retornado a Afganistán desde Irán y Pakistán.
En Tayikistán también se ha observado un incremento en las deportaciones, con al menos 485 afganos enviados de vuelta a su país entre octubre de 2024 y julio de 2025, incluyendo 334 refugiados o solicitantes de asilo.
Turk también mencionó que los afganos que vuelven a su país enfrentan «una grave crisis humanitaria y de Derechos Humanos», instando a «garantizar sus necesidades inmediatas», tales como alimentos, agua, vivienda y servicios médicos.
«Se enfrentan a discriminación estructural y sistémica, persecución de género, problemas relacionados con la etnia, obstáculos para la plena reintegración social y escasez de trabajo y medios de vida como consecuencia de una economía en crisis», argumentó Turk.
Las mujeres y niñas que regresan enfrentan riesgos particulares, al igual que los periodistas, exfuncionarios públicos o trabajadores del anterior gobierno afgano, quienes son «especialmente vulnerables a represalias y torturas».
Por estas razones, el responsable de Derechos Humanos de la ONU ha urgido a los países a hacer «todo lo que esté en su mano para ayudar a quienes ya han padecido décadas de guerra, pobreza y penurias, así como discriminación extrema y amenazas».
Este llamado se da tras la reciente deportación por parte de Alemania de más de 80 afganos «con un historial de actividad criminal», en lo que es el segundo proceso de deportación de este tipo en el país europeo desde que los talibán tomaron el control de Afganistán en agosto de 2021.










