Las autoridades electorales de Bosnia Herzegovina comunicaron este miércoles la terminación del mandato de Milorad Dodik, líder serbobosnio y presidente de la República Srpska, una de las entidades semiautónomas del país. Esta acción sigue a la confirmación de su sentencia e inhabilitación la semana anterior, por desacato a las órdenes de Christian Schmidt, el Alto Representante europeo encargado de supervisar los acuerdos de paz.
«La Comisión Central Electoral (…), en su sesión de hoy, ha decidido rescindir el mandato de Milorad Dodik, presidente de la República Srpska, elegido en las elecciones generales de 2022 por la lista del partido político Alianza de Socialdemócratas Independientes (SNSD)», se indicó en un comunicado en su sitio web.
La Comisión también mencionó que Dodik tiene la opción de apelar esta decisión en la sala de apelaciones del Tribunal de Bosnia y Herzegovina, disponiendo de dos días para hacerlo desde la notificación. «Tras la entrada en vigor de la decisión, adoptaremos una decisión sobre la convocatoria y celebración de elecciones anticipadas, de la que se informará oportunamente al público», agregaron.
Dodik, por su parte, expresó su descontento en la red social X, describiendo la situación como «otra mierda de Sarajevo», pero «la última»: «¿Qué pasa si me niego? (…) Rendirse no es una opción», y recordó su compromiso de servir con «conciencia y responsabilidad» a su pueblo.
En una conferencia de prensa posterior, después de reunirse con los partidos del Gobierno regional, Dodik afirmó que continuaría en su puesto, desafiando la decisión. «Si acepto su decisión, violaré la Constitución y humillaré al pueblo serbio. Por eso, he decidido convocar una referéndum para decidir si debo aceptar la decisión», declaró, subrayando que solo renunciaría o sería destituido, pero que ahora enfrenta una tercera opción impuesta.
El contexto de esta controversia se amplía con la reciente confirmación por parte del Tribunal de Bosnia y Herzegovina de una condena contra Dodik, incluyendo cárcel e inhabilitación, y la aprobación por el Parlamento de la República Srpska de una ley desafiando al Alto Representante, aunque esta fue anulada por Schmidt poco después.