Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se inclinan ahora por lanzar una emisión de deuda conjunta para sostener financieramente a Ucrania ante la delicada situación económica del país, mientras dejan en segundo plano la opción de recurrir a los activos rusos congelados para un “préstamo de reparación”, según han señalado fuentes europeas a Europa Press, debido a las complicaciones legales y técnicas ligadas al uso de esos bienes.
Tras unas 15 horas de negociaciones en la cumbre europea celebrada en Bruselas, gana fuerza el plan de utilizar el presupuesto comunitario como garantía para un préstamo a Ucrania respaldado con deuda conjunta, ante la imposibilidad de cerrar un consenso entre los Veintisiete para emplear los activos rusos en la financiación del paquete de ayuda a Kiev por un importe de 90.000 millones de euros.
“No solo se está debatiendo el préstamo de reparaciones, sino también la posibilidad de utilizar el margen presupuestario del presupuesto de la UE, como algunos líderes lo mencionaron de manera específica”, han indicado fuentes de la UE, después de que el “préstamos de reparaciones” encallara porque los líderes “necesitan más tiempo para analizar los detalles”.
Diversas fuentes comunitarias consultadas por Europa Press señalan que un grupo de Estados miembros estaría dispuesto a activar un mecanismo de “cooperación reforzada” al amparo del artículo 20 del Tratado de la UE. Este instrumento se reserva como vía de último recurso para que un conjunto de países pueda avanzar en un ámbito concreto, una vez que el Consejo compruebe que los objetivos perseguidos no pueden alcanzarse en un plazo razonable por la Unión en su conjunto.
A las reservas planteadas inicialmente por Bélgica se habrían sumado otras capitales a lo largo de la cumbre, pese a que durante buena parte de la reunión el debate se centró en la utilización de los activos rusos inmovilizados, mientras la Comisión Europea mantenía en paralelo conversaciones con Bélgica para perfilar un texto de conclusiones que respondiera a las demandas del Ejecutivo belga.
Los líderes de los 27 llegaron a Bruselas divididos sobre la posibilidad de recurrir a la liquidez generada por los activos bloqueados en virtud de las sanciones de la UE para articular un potencial “préstamo de reparación” de 90.000 millones de euros a favor de Kiev. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, insistió en que la cumbre se prolongaría tanto como fuera necesario para lograr la ‘luz verde’ al paquete de apoyo económico a Ucrania y subrayó que la UE “nunca aprobará una solución que no garantice toda la seguridad para Bélgica”.