Los jefes de Gobierno de los Estados que forman Mercosur --Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay-- han manifestado en una declaración conjunta su malestar por no haberse cerrado el pacto que debía activar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciara el aplazamiento de la firma por las discrepancias de varios socios europeos.
“Expresaron (los jefes de Gobierno de Mercosur) su decepción por la no firma del Acuerdo de Asociación Mercosur-Unión Europea, prevista para la ocasión, debido a la falta de consenso político sobre el Acuerdo en las instancias comunitarias europeas”, indica el comunicado consensuado en la cumbre de Mercosur celebrada en Foz de Iguazú (Brasil), donde se preveía formalizar el acuerdo.
En el mismo texto, los mandatarios subrayan que el documento es fruto de un “equilibrio cuidadosamente alcanzado tras 26 años de negociaciones” y que su firma enviaría una “señal positiva” al resto de países “en la actual coyuntura internacional”, reforzando así las políticas de integración entre ambos bloques.
Los socios del bloque sudamericano remarcan además que confían en que la UE complete pronto sus “trámites internos” para posibilitar la firma del pacto y poder fijar cuanto antes una fecha concreta para su celebración.
Durante esta cumbre, Brasil ha cedido la presidencia temporal de Mercosur a Paraguay, en el relevo que se realiza cada seis meses. Así, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, concluye su mandato rotatorio sin lograr que el acuerdo comercial se pusiera en marcha, pese a haber sido una de sus prioridades.
Von der Leyen trasladó este jueves a los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Bruselas que la rúbrica del acuerdo de libre comercio con Mercosur no se produciría finalmente este sábado y quedaba pospuesta hasta enero, en un día todavía por concretar.
Para poder firmar y permitir su aplicación provisional, a la espera de completar el proceso formal de ratificación, Von der Leyen precisaba un mandato de los Veintisiete, adoptado por mayoría cualificada de los Estados miembro.
Las reservas expresadas por algunos países europeos, como Italia y Francia, han llevado a retrasar la firma, en un contexto marcado por las protestas de miles de agricultores en Bruselas durante esta semana por el posible impacto de la entrada en vigor del acuerdo sobre el sector.