Las autoridades instauradas por los talibán en Afganistán tras hacerse con el control del país han llevado a cabo este lunes en Kabul un castigo público a once personas declaradas culpables de delitos relacionados con drogas y alcohol, según ha confirmado el Tribunal Supremo afgano.
El organismo ha señalado en una nota oficial que los condenados fueron sentenciados por “contrabando y venta de pastillas intoxicantes (...) y metanfetamina, bebidas alcohólicas y hachís”, además de precisar que deberán cumplir penas de entre siete meses y tres años de cárcel por estos delitos.
En el mismo texto, el Supremo ha detallado que cada uno de los implicados ha sido castigado con entre diez y 39 latigazos y ha recalcado que las flagelaciones se han ejecutado una vez que las sentencias habían sido confirmadas, de acuerdo con el comunicado difundido a través de su cuenta en la red social X.
Naciones Unidas ha denunciado en repetidas ocasiones a las autoridades talibán por la aplicación de castigos corporales a presos y por la ejecución de reos condenados por distintos crímenes, instando al liderazgo afgano a decretar una moratoria sobre estas prácticas como paso inicial hacia su eliminación definitiva.