El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha comunicado a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que las medidas de protección que implemente la Unión Europea en relación al tratado comercial entre Bruselas y Mercosur tienen que respetar completamente los acuerdos previamente establecidos, tal como se pactó en diciembre.
En una declaración divulgada en plataformas digitales, Lula da Silva reveló que ambos líderes sostuvieron una conversación telefónica de aproximadamente 20 minutos enfocada en asuntos bilaterales y temas de interés global.
‘He defendido que cualquier reglamento de salvaguardas adoptado internamente por la UE debe cumplir plenamente el espíritu y los términos acordados en el acuerdo’, señaló Lula da Silva, expresando su confianza en que los procesos de ratificación avancen a tiempo para que el acuerdo sea firmado oficialmente en la cumbre de Mercosur a finales de año en Brasil.
‘Coincidimos en que, dada la incertidumbre actual y la disrupción del comercio internacional, la alianza entre ambos bloques regionales es aún más estratégica’, agregó el presidente brasileño.
Por su parte, Ursula von der Leyen destacó que el acuerdo representa una ‘señal importante de la fuerte asociación y compromiso con el multilateralismo’ tanto de la UE como de Mercosur.
Esta semana, Bruselas ha presentado los documentos legales del acuerdo negociado con los países del Cono Sur para su revisión y aprobación por parte de los colegisladores europeos, es decir, el Consejo (con mayoría cualificada de los gobiernos) y el Parlamento Europeo (por mayoría simple).
Al introducir la propuesta para su adopción, que la Comisión Europea espera se concrete antes de fin de año para su activación provisional a principios de 2026, también se propuso reforzar el control de las salvaguardas incluidas en el acuerdo y el compromiso de incrementar los fondos de emergencia disponibles en caso de que los agricultores europeos sufran un impacto negativo significativo por la apertura comercial.
Estas son dos garantías que solo conciernen al mecanismo interno de la Unión Europea, como enfatiza el Ejecutivo comunitario, y que no influyen en la aplicación del Acuerdo de Asociación y Comercio entre la UE y Mercosur.
Francia, aunque es el principal opositor del acuerdo, no tiene suficiente minoría para detenerlo y ha indicado que considera que es un avance en la dirección correcta y que estudiará los detalles de la propuesta.
Según fuentes comunitarias, el objetivo es detallar el modo ‘operativo’ en que se aplicarán las garantías para asegurar que el nuevo régimen comercial no altere la competencia en la industria agroalimentaria de la UE.