En un enérgico discurso durante el día de la independencia de Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha denunciado a aquellos políticos que perjudican al país como ‘traidores a la patria’ y ha reiterado que Brasil no se somete a ‘órdenes de nadie’, en un contexto marcado por el juicio al exmandatario Jair Bolsonaro (2019-2023) acusado de intentar un golpe de Estado y sus esfuerzos por influenciar al gobierno de Lula desde los Estados Unidos.
‘Defendemos nuestra democracia y resistiremos a cualquiera que intente socavarla. El papel de algunos políticos brasileños que incitan a ataques contra Brasil es inaceptable. Fueron elegidos para servir al pueblo brasileño, pero solo defienden sus propios intereses personales. Son traidores a la nación. La historia no los perdonará’, ha sostenido el mandatario brasileño.
Lula ha instado a los ciudadanos de Brasil a proteger ‘lo que es de todos’, la ‘patria brasileña y la elección de (nuestra) bandera’. ‘Amigos, este es el momento en que la historia nos pregunta de qué lado estamos’, ha declarado.
El expresidente Bolsonaro, quien se encuentra bajo arresto domiciliario, enfrenta una posible sentencia que podría superar los 40 años de cárcel por el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023. Junto a él, otras siete personas son parte del núcleo central de esta conspiración, acusadas de crímenes como asociación criminal, intento de abolir violentamente el Estado de derecho, golpe de Estado y daños al patrimonio.
El gobierno de Brasil ha acusado a Bolsonaro y su círculo cercano, incluido su hijo Eduardo Bolsonaro, de obstruir la investigación sobre el golpe, promoviendo en Washington acciones punitivas contra el gobierno y el poder judicial brasileños, supuestamente financiando con hasta dos millones de reales (300,000 euros) para sabotear el proceso judicial.
Estados Unidos ha sancionado, revocando su visado y congelando sus bienes en territorio estadounidense, al juez del Tribunal Supremo de Brasil Alexandre de Moraes, encargado del caso, bajo la acusación de que ‘ha utilizado su cargo para autorizar detenciones arbitrarias previas al juicio y suprimir la libertad de expresión’.
‘No somos, ni volveremos a ser, colonia de nadie. Somos capaces de gobernar y cuidar nuestra tierra y a nuestro pueblo, sin interferencia de ningún gobierno extranjero’, ha aseverado Lula.
Además, ha defendido su gestión destacando el crecimiento económico de Brasil ‘por encima del promedio mundial’ y la implementación de políticas públicas efectivas. ‘Si tenemos derecho a estas políticas públicas, es porque Brasil es un país soberano y ha decidido cuidar al pueblo brasileño’, ha afirmado el mandatario.