El presidente francés, Emmanuel Macron, ha calificado como un ‘debate legítimo en democracia’ las discusiones sobre las ejecuciones provisionales de penas, especialmente después de las críticas generadas por situaciones como el encarcelamiento del exlíder Nicolas Sarkozy o la inhabilitación de la política Marine Le Pen.
‘Todo el mundo desea que haya vías de recurso, pero es un debate que debe hacerse con calma e independientemente de casos específicos’, declaró Macron en una rueda de prensa en Eslovenia, donde hizo un llamado a la ‘serenidad’.
Macron, que se había reunido el viernes pasado en el Elíseo con Sarkozy, subrayó que no le corresponde ‘comentar o criticar’ las decisiones judiciales, pues su rol como jefe de Estado también implica ser ‘garante del buen funcionamiento de las instituciones’, aunque reconoció que es ‘normal’ que se generen comentarios ante la prisión de un ex presidente.
‘Hay que distinguir la emoción (…) y el buen funcionamiento de la justicia’, indicó el mandatario, quien el día antes había justificado su encuentro con Sarkozy apelando al aspecto ‘humano’ del caso.
Por su parte, Sarkozy ingresó a prisión reclamando su inocencia y denunciando un ‘escándalo judicial’, alegando ser víctima del mismo. Está condenado a cinco años de cárcel por asociación ilícita relacionada con los fondos que recibió su campaña en 2007 del régimen de Muamar Gadafi en Libia.
















