Macron enfrenta una creciente crisis política en Francia ante un posible colapso gubernamental

Emmanuel Macron, presidente de FranciaJulien Mattia / Zuma Press / ContactoPhoto

La administración francesa enfrenta un momento crítico este lunes, con la posibilidad de una caída tras una moción de confianza iniciada por el primer ministro, François Bayrou, quien ha optado por esta estrategia parlamentaria para intentar aprobar su controvertido plan de ajuste presupuestario, a pesar de ser consciente de que carece de garantías para superar este desafío.

Ante un escenario donde se contemplan ajustes por casi 44.000 millones de euros, Bayrou reveló el 25 de agosto su decisión de apostar su futuro político. La firme oposición de partidos contrarios y grupos sociales, que rechazan medidas como la supresión de dos días festivos nacionales o la congelación de ayudas sociales, no dejaron al primer ministro otra alternativa, según él mismo indicó.

Tanto Bayrou como el presidente Emmanuel Macron han hecho un llamamiento en las últimas dos semanas a la responsabilidad de todos los sectores, alertando sobre «un peligro inmediato» que amenaza la estabilidad del país. El primer ministro ha argumentado que la carga de la deuda pública, que cerró 2024 rondando el 113% del PIB, es insostenible.

Desde el principio, Bayrou reconocía que no contaba con los votos necesarios en la Asamblea Nacional, y en un esfuerzo por buscar consenso, invitó a todos los partidos a una serie de encuentros que terminaron sin lograr un acuerdo. La extrema derecha y la izquierda, los principales bloques opositores, se han mostrado especialmente críticos y reacios a las propuestas de Bayrou.

En el contexto de la Quinta República Francesa, se han llevado a cabo 41 mociones de confianza, siendo la más reciente en 2020, y ninguna ha resultado en la caída del Gobierno que las propuso. Una mayoría simple es suficiente para superar la votación, aunque parece que el resultado negativo predomina para este lunes.

DESFILE DE PRIMEROS MINISTROS

Desde su ascenso al poder en 2017, Macron ha colaborado con cinco primeros ministros, generalmente percibidos como moderados y alineados con el centro o centro-derecha. La configuración parlamentaria resultante de las elecciones de 2022, menos favorable para Macron, ha llevado a una serie de mociones de censura contra las figuras principales del gobierno, como Élisabeth Borne y Gabriel Attal, este último considerado el protegido de Macron.

La victoria de Agrupación Nacional en las elecciones europeas precipitó elecciones parlamentarias anticipadas en junio de 2024, con la izquierda y la extrema derecha como principales competidores. Sin una mayoría clara, Macron estableció un gobierno liderado por Michel Barnier, exministro y excomisario europeo, que no duró más de tres meses.

En diciembre de 2024 comenzó la era de Bayrou, quien ha enfrentado la misma falta de apoyo que su antecesor. Diferentes líderes pero la misma problemática aritmética en la Asamblea Nacional, en un ambiente de tensa anticipación por los eventos del lunes próximo.

EL FOCO SOBRE MACRON

La inestabilidad política ha afectado a Macron, al punto que dos tercios de los ciudadanos franceses demandan su renuncia y elecciones presidenciales anticipadas, según una encuesta de Odoxa-Backbone para ‘Le Figaro’. La oposición también ha señalado a Macron como responsable de los problemas económicos que, según Bayrou, justifican los recortes propuestos. La izquierda incluso ha anunciado su intención de promover una moción de destitución contra el presidente en la Asamblea Nacional, un proceso complicado con pocas posibilidades de éxito.

Por ahora, Macron sigue el calendario oficial y no sugiere una salida prematura del Elíseo. «Creo en la democracia, que consiste en que los ciudadanos votan para todo un mandato», afirmó recientemente, comprometiéndose a permanecer en el cargo «hasta el final», es decir, hasta 2027. Las encuestas para una eventual elección presidencial no son especialmente alentadoras para el movimiento ‘macronista’, con Agrupación Nacional liderando, a pesar de que su candidata habitual, Marine Le Pen, está inhabilitada por decisión judicial.

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