El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha declarado la cancelación del acuerdo energético con Trinidad y Tobago, acusando a la primera ministra de este país, Kamla Persad-Bissessar, de intentar transformar su nación en ‘el portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela’, en contexto de los ejercicios militares de Estados Unidos llevados a cabo en dicho territorio y las declaraciones de Donald Trump sobre operaciones terrestres contra el narcotráfico.
‘He aprobado la medida cautelar de suspensión inmediata de todos los efectos del acuerdo energético y de todo lo convenido en esa materia’, comunicó Maduro en su programa televisivo ‘Con Maduro +’, refiriéndose al Marco de Cooperación Energética entre ambos países.
Maduro justificó su decisión como una reacción a ‘la amenaza de la primera ministra de convertir a Trinidad y Tobago en el portaaviones del imperio estadounidense contra Venezuela (y) contra Sudamérica’. Esta afirmación llega tras la presencia del buque de guerra ‘USS Gravely’ en aguas de Trinidad y Tobago, coincidiendo con el despliegue del ‘USS Gerald R. Ford’, el mayor portaaviones estadounidense, en una misión contra el narcotráfico en el Caribe.
El líder venezolano describió la acción como ‘cautelar’ y mencionó que ha llevado el asunto ante el Consejo de Estado, el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional para discutir una medida ‘estructural’ de mayor alcance. Mientras tanto, el acuerdo queda ‘suspendido todo’, afirmó.
Además, Maduro sostuvo que la finalidad de Estados Unidos con sus operaciones en el Caribe es apoderarse de ‘el petróleo, el gas y el oro de Venezuela’, aunque destacó que cuenta con ‘el apoyo, la solidaridad y la comprensión de la opinión pública mundial’. ‘En este mundo no hay nadie que apoye estas acciones temerarias, guerreristas, de amenaza a un pueblo pacífico’, añadió.
La propuesta de suspensión fue inicialmente planteada por la vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, y fue respondida por Persad-Bissessar antes del anuncio oficial. La primera ministra de Trinidad y Tobago aseguró al portal Newsday que el futuro de su país ‘no depende de Venezuela y nunca lo ha hecho’, y que su gobierno tiene ‘planes y proyectos para impulsar nuestra economía, tanto en el sector energético como en el no energético’. Además, declaró que su gobierno mantiene ‘relaciones pacíficas con el pueblo venezolano’ y negó cualquier tensión, sugiriendo que el diálogo podría solventar las discrepancias entre ambos gobiernos.
