La Asamblea General de la ONU ha dado luz verde a una resolución que permite a Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, intervenir telemáticamente en las sesiones programadas para la próxima semana, tras ser vetado por Estados Unidos bajo la acusación de “socavar las perspectivas de paz” en el conflicto palestino-israelí.
La decisión se adoptó con 145 votos a favor, seis abstenciones —incluyendo a Albania, Fiji, Hungría, Macedonia del Norte, Panamá y Papúa Nueva Guinea— y cinco votos en contra, de Israel, Estados Unidos, Paraguay, Palau y Nauru.
Esta medida se anunció después de que el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, comunicara la cancelación de los visados de entrada a los dirigentes de la Autoridad Palestina y la Organización para la Liberación de Palestina, lideradas por Abbas, debido a la “violación de compromisos” y el perjuicio a las “perspectivas de paz” en la Franja de Gaza.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores palestino describió el veto como una “flagrante violación del Acuerdo sobre la Sede de la ONU de 1947, que asegura la libre entrada de los líderes de delegación y los miembros de la ONU a las reuniones” de la organización.
Además, destacó que esta acción de la administración Trump “no evitará el reconocimiento internacional del Estado de Palestina ni el consenso global para detener los crímenes de genocidio, desplazamiento y anexión” contra los palestinos.
Naciones como Francia, Reino Unido, Canadá y Australia, han expresado en este foro su intención de reconocer al Estado palestino, una postura que ha sido criticada por Estados Unidos e Israel, quienes la consideran contraproducente para la paz y una “capitulación” ante Hamás.
















