Maia Sandu propone reiniciar relaciones con regiones autónomas y buscar una retirada pacífica de las fuerzas rusas

Maia Sandu aboga por reiniciar relaciones con Gagauzia y Transnistria y facilitar la retirada de las tropas rusas.

Archivo - Maia Sandu, presidenta de Moldavia.Kay Nietfeld/dpa - Archivo

La presidenta moldava, Maia Sandu, ha optado por un renovado acercamiento hacia Gagauzia y Transnistria, sugiriendo la necesidad de empezar ‘prácticamente desde cero’ en las relaciones. Paralelamente, se esfuerza por encontrar una vía para el retiro no violento de las fuerzas rusas en Transnistria.

‘Durante muchos años, los políticos locales han sembrado el odio hacia los moldavos’, criticó Sandu en una entrevista televisiva, admitiendo que ‘tomará tiempo’ restablecer la confianza en una población que, según ella, ha sido influenciada por Moscú.

En el caso de Gagauzia, región del sur con mayoría túrquica y fuertes lazos con Moscú, Sandu denunció la influencia de ‘políticos corruptos’ que han persuadido a la población de que la coexistencia pacífica con Chisináu es imposible.

‘Tomará tiempo que la gente comprenda que no somos enemigos (…) Tendremos que construir relaciones prácticamente desde cero. Queremos que entiendan que los políticos corruptos que eligen allí no pueden cumplir sus expectativas’, afirmó.

En cuanto a Transnistria, la presidenta enfatizó la importancia de que las tropas rusas se retiren pacíficamente de este estrecho territorio moldavo, ocupado desde 1992 tras el final de la guerra.

‘Tenemos un plan económico que incluye la reintegración. Debemos asegurarnos de que la gente entienda que eso les conviene, que vean que el nivel de vida en la orilla derecha es mayor y que podemos ofrecerles una vida mejor’, señaló, aunque reconoció que el mayor desafío es cómo conseguir que las tropas rusas se retiren.

Medio millón de personas, muchas con pasaporte ruso, residen en este territorio situado a lo largo del margen izquierdo del río Dniéster, donde se encuentran estacionados 1.500 militares rusos. A pesar de su proximidad con Moscú, Transnistria no se salvó del corte de gas natural tras el fin del acuerdo de tránsito con Ucrania.

Antes, el nivel de vida en Transnistria superaba al de Moldavia, pero la crisis ucraniana ha invertido esta tendencia y esta región, muy dependiente del gas ruso, ha sufrido especialmente las consecuencias.

En las recientes elecciones parlamentarias, las fuerzas políticas pro-rusas lograron algunos de los mejores resultados en estas dos áreas semiautónomas, entre acusaciones al oficialismo de haber intentado limitar el derecho al voto en Transnistria, tras reducir drásticamente los colegios electorales.

Las autoridades electorales moldavas redujeron de 30 a 12 el número de colegios electorales basándose en el promedio de votantes de los tres últimos comicios. En las parlamentarias del domingo, poco más de 12.000 personas votaron en Transnistria. El 51 por ciento de ellos apoyó al Bloque Patriótico afín a Moscú.

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