El ejecutivo ecuatoriano reportó el lunes que un grupo de manifestantes agredió violentamente a un convoy de ayuda en Cotacachi, Imbabura, que contaba con la presencia del presidente Daniel Noboa y varios ministros durante el octavo día del paro nacional indefinido organizado por entidades indígenas.
“El ataque se dio de una manera inesperada y los militares lo que hacen es repeler el ataque”, explicó Carolina Jaramillo, portavoz del Gobierno, en una conferencia de prensa.
El convoy, compuesto por aproximadamente 100 vehículos entre militares y civiles, fue interceptado por cerca de 350 personas que arrojaron cócteles molotov. Unos 50 militares acompañaban al convoy, y 17 de ellos han sido retenidos por los atacantes.
En el convoy también viajaban personalidades como el ministro de Defensa, John Reimberg, y el ministro de Gobierno, Giancarlo Loffredo, además de figuras internacionales como el nuncio apostólico Andrés Carrascosa; la embajadora de la Unión Europea, Jekaterina Dorodnova; la coordinadora residente de la ONU, Laura Melo, y el embajador de Italia, Giovanni Davoli.
“El objetivo del presidente es velar y proteger la vida de todos los ecuatorianos, pero hay grupos infiltrados que buscan el enfrentamiento y no representan a la ciudadanía”, subrayó Jaramillo.
Esta agresión evidencia que las manifestaciones no son pacíficas, sino actos de terrorismo, según afirmó Jaramillo. “Hemos dado en evidencia una vez más que no se trata de manifestaciones pacíficas, sino de actos terroristas. La seguridad y la vida de los ecuatorianos es la prioridad. Rechazamos los ataques violentos, la retención de servidores públicos y la destrucción de bienes públicos y privados. Esto ya no es protesta, son delitos”, añadió.
Respecto al paro, Jaramillo destacó que el Gobierno se negará a dialogar con los organizadores de la protesta, que se oponen a la eliminación del subsidio al diésel. “No vamos a negociar y no vamos a retroceder porque esto significaría dejar de entregar beneficios directamente a quienes más lo necesitan”, argumentó.
Jaramillo también anunció que se espera la próxima visita de la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Kristi Noem, para continuar con la instalación de bases del Departamento de Seguridad Interior en Ecuador. “La visita de la secretaria de seguridad se da en el marco de la cooperación continua en temas de seguridad entre el Ecuador y los Estados Unidos”, resaltó.
Las protestas se han intensificado desde la muerte por disparos de Efraín Fueres, un indígena, en Cotacachi. Este incidente, el primero mortal del paro, ha sido denunciado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) como “una masacre planificada, un crimen de Estado”. El Ministerio de Defensa, por su parte, reportó doce militares heridos desde el comienzo de las protestas.