Varias personas, incluyendo familiares de rehenes israelíes capturados el 7 de octubre, se congregaron este domingo frente a la residencia del primer ministro británico en 10 Downing Street para demandar la liberación de los rehenes en poder del grupo islamista palestino Hamás y expresaron su desacuerdo con Keir Starmer por su posible intención de reconocer a Palestina como estado en un intento de presionar a Israel para que detenga sus acciones en Gaza.
La manifestación, convocada por Stop the Hate UK y diversas agrupaciones judías, recorrió el centro de Londres y culminó con tres arrestos debido a la confrontación con contramanifestantes.
Los manifestantes cuestionaron especialmente a Starmer, instándole a apoyar a Israel en sus esfuerzos por rescatar a los 50 rehenes israelíes que se cree que aún están en cautiverio, de los cuales se estima que 20 podrían estar vivos.
El evento se vio marcado por momentos de tensión cuando dos personas proclamaron ‘Palestina libre’ durante la marcha. Además, un hombre fue arrestado por la policía cerca de Downing Street después de lanzar agua a un manifestante proisraelí y luego agredirlo físicamente, siendo detenido rápidamente por las autoridades.
El Gran Rabino de Reino Unido, Sir Ephraim Mirvis, ha cuestionado a Starmer sobre su postura, diciendo: ‘Nos dirigimos a nuestro Gobierno y le preguntamos: ‘¿Cómo podrían aceptar el hecho de haber reconocido un Estado palestino, al frente del cual se encuentra una organización terrorista, con la intención declarada de destruir el Estado de Israel y dañar a los judíos de todo el mundo, y todo esto mientras los rehenes aún se consumen en los túneles de Gaza?».
Por otro lado, durante la asamblea, dos exponentes de un movimiento judío progresista fueron rechazados tras señalar que los palestinos tienen ‘derecho a la autodeterminación’. El rabino Charley Baginsky propuso ‘el fin de esta guerra mediante un acuerdo que permita el regreso de los rehenes y la restauración permanente de la ayuda humanitaria a Gaza’, lo que provocó abucheos y exclamaciones de ‘¡No hay acuerdo!’ y ‘¡Aplastar a Hamás!’ por parte de algunos asistentes.