Un magistrado del Tribunal de la Corona de Liverpool ha impuesto este martes una pena de 21 años y medio de prisión a Paul Doyle, responsable del atropello masivo registrado durante las celebraciones por el título de la liga inglesa, un incidente que a finales de mayo dejó más de un centenar de heridos.
El juez Andrew Menary explicó que Doyle utilizó su vehículo como “arma” y lo dirigió contra la multitud “en un ataque de rabia” después de que “la ira se apoderara de él por completo”, de acuerdo con las palabras recogidas por la cadena británica BBC.
Del mismo modo, subrayó que el procesado, un exmarine de 54 años que permaneció en la sala con la mirada fija al frente y sin mostrar emoción alguna, provocó “miedo y pánico” y que su “indiferencia por la vida humana desafiaba la comprensión común”.
Durante la vista, Menary se dirigió directamente al acusado para remarcar que es “difícil, si no imposible, transmitir solo con palabras la escena de devastación que causó”, y consideró que actuó movido por una “furia inexplicable y desmedida”. Apuntó además que solo se logró detener el coche cuando un viandante consiguió acceder al interior del vehículo automático y colocar la palanca de cambios en posición de estacionamiento.
“Se le ve, de forma bastante deliberada, acelerando hacia grupos de aficionados una y otra vez. Golpeando a la gente de frente, arrojando a otros contra el capó, atropellando ramas y carros de bebé, obligando a los que estaban cerca a dispersarse aterrorizado”, describió el magistrado en la sala.
Doyle se había declarado culpable de 31 delitos, entre ellos conducción peligrosa y alteración del orden, así como intento de causar lesiones corporales graves de manera intencionada, con damnificados que van desde un bebé de seis meses hasta una mujer de 77 años.
Los cargos están vinculados con 29 de las víctimas, incluidas dos menores de edad. Al menos un centenar de personas, entre ellas ocho niños, resultaron heridas cuando el coche embistió a una multitud en una calle del centro de la ciudad, donde se habían congregado miles de seguidores para festejar la victoria liguera del Liverpool FC.