Las autoridades de Camboya han actualizado este lunes el balance de la crisis humanitaria en la frontera con Tailandia y sitúan ya en más de 525.000 las personas obligadas a abandonar sus hogares por los ataques del Ejército tailandés en la zona limítrofe entre ambos países.
Según los datos difundidos por el Ministerio del Interior camboyano, el número total de desplazados asciende a 525.231, de los que 274.892 son mujeres y 167.167 son menores, desde que el pasado 7 de diciembre Bangkok y Nom Pen reanudaran sus enfrentamientos en el área fronteriza.
En un comunicado, el Ministerio ha denunciado que “Más de medio millón de civiles camboyanos, entre ellos mujeres y niños, sufren graves penurias debido al desplazamiento forzoso de sus hogares y escuelas para escapar de los proyectiles de artillería, los cohetes y los bombardeos aéreos llevados a cabo por los aviones F-16 de Tailandia, que han destruido repetidamente sus hogares y comunidades”.
El departamento del Interior ha detallado además el alcance de los daños materiales provocados por las ofensivas tailandesas, que han destruido “103 viviendas, cinco escuelas, tres centros de salud, un mercado, dos torres de telefonía móvil, varios templos antiguos, (...) un edificio de la oficina de aduanas e impuestos especiales, doce edificios de propiedad privada, once edificios de oficinas gubernamentales, (...), una gasolinera, 28 vehículos”, junto con otras infraestructuras civiles.
Paralelamente, el Ministerio ha expresado su “gran satisfacción” por la cita prevista para este lunes 22 de diciembre en Malasia entre los ministros de Exteriores de los países que integran la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), una reunión orientada a “fomentar el entendimiento y la confianza mutuos, promover la distensión de las tensiones y restablecer la paz, la estabilidad y las relaciones de buena vecindad”.
El Gobierno camboyano ha añadido que “Somos optimistas y confiamos en que la parte tailandesa demostrará sinceridad y se adherirá a los principios de resolución pacífica, diálogo y diplomacia, de conformidad con los mecanismos existentes, el Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas y la Carta de la ASEAN, con el fin de lograr la paz para los pueblos de ambas partes”.
En esta misma línea, el Gobierno de Estados Unidos --cuyo titular de Exteriores, Marco Rubio, ha expresado su confianza en la posible firma de un alto el fuego “el lunes o el martes” de esta semana-- ha respaldado la convocatoria de los líderes de la ASEAN y ha urgido a las dos partes a que “pongan fin a las hostilidades, retiren las armas pesadas, cesen la colocación de minas terrestres y apliquen plenamente los Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur, que incluyen mecanismos para acelerar el desminado humanitario y abordar las cuestiones fronterizas”.
El más reciente repunte del conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya, que se prolonga desde hace dos semanas, ha causado la muerte de 53 civiles, 34 del lado tailandés y 19 del lado camboyano, según los datos facilitados por las autoridades de ambos países. Además, el Ministerio de Salud tailandés ha informado de 213.000 evacuados en su territorio, actualmente acogidos en 889 albergues habilitados en la región afectada.