Este viernes, Michael Randrianirina ha asumido oficialmente como presidente de Madagascar en un acto celebrado en la sede del Tribunal Constitucional en Antananarivo, tras haberse declarado líder del país a raíz de la fuga del anterior mandatario Andry Rajoelina, en el contexto de intensas protestas contra el gobierno y el apoyo del ejército a las demandas ciudadanas.
Durante la ceremonia, Randrianirina proclamó que se inicia una era decisiva para el país: “Con un pueblo lleno de fervor, impulsar por el deseo de cambio y un profundo amor por su patria, abrimos con alegría un nuevo capítulo en la vida de nuestra nación”.
El nuevo presidente lamentó que, a pesar de 65 años de independencia, Madagascar siga siendo uno de los países más pobres del mundo. Resaltó el papel de la juventud en las recientes movilizaciones, iniciadas el 25 de septiembre, como respuesta a la falta de servicios básicos y la corrupción gubernamental. “Muchos manifestantes fueron arrestados y violentados injustamente cuando reclamaban su derecho a tener agua y luz”, criticó Randrianirina sobre la represión de las protestas.
Asimismo, defendió el rol del ejército en el cambio político: “se ha puesto del lado del pueblo” para “salvaguardar el interés superior de la nación”. Enfatizó su compromiso con la redacción de una nueva Constitución y la reestructuración de la comisión electoral, y prometió centrar su administración en mejorar la vida diaria a través de la energía, salud y educación, además de instaurar una política de contención fiscal y limitación del gasto público.
“Nuestro objetivo es promover el desarrollo social y económico centrando nuestras acciones en sectores prioritarios que impactan directamente en la vida cotidiana de la población”, declaró, asegurando que se esforzará en reparar los agravios sufridos por las víctimas de la represión y garantizar las libertades fundamentales.
Finalmente, Randrianirina apeló a la comunidad internacional buscando cooperación para asegurar un entorno seguro y tranquilo en Madagascar, agradeciendo especialmente a los jóvenes y estudiantes por su papel en la lucha popular.