Desde el 7 de octubre de 2023, más de mil palestinos han perdido la vida en Cisjordania, víctimas de agresiones por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel o de colonos extremistas, de acuerdo con un informe de las Naciones Unidas. Este número supone el 43% del total de palestinos muertos en la región en las últimas dos décadas, lo que refleja un aumento significativo de la violencia, que ya se venía incrementando antes de los ataques de Hamás. Según la ONU, el total de fallecidos asciende a 1.001 personas.
Entre los fallecidos se encuentran 213 menores, incluido Mohamad Bahjar al Hallaq, quien fue abatido por un disparo mientras jugaba al fútbol en Hebrón. La ONU ha expresado su profunda consternación por este y otros casos similares. Se culpa a las fuerzas israelíes de un uso excesivo de fuerza, evidenciado en que 449 de los muertos no portaban armas. Adicionalmente, otros 174 civiles murieron mientras lanzaban piedras o cócteles molotov.
La ONU también ha levantado preocupaciones sobre 331 muertes que podrían considerarse ejecuciones extrajudiciales y ha cuestionado la justificación de más de cien bombardeos aéreos en una zona sin conflictos armados oficialmente reconocidos. Aunque se insta a las autoridades israelíes a investigar estos incidentes, las investigaciones son escasas y generalmente se limitan a actos cometidos por colonos.
En contraste, 59 israelíes han sido víctimas de atentados o enfrentamientos en Cisjordania e Israel en el mismo lapso, con 22 de ellos pertenecientes a las fuerzas armadas y cinco menores incluidos en la cifra.