El primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, ha procedido a remover a dos líderes de brigada pertenecientes a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), una coalición que reúne a las milicias proiraníes más significativas del país, después del asalto perpetrado a finales de julio por miembros de Kataeb Hezbolá en una instalación del Ministerio de Agricultura.
Kataeb Hezbolá, el Movimiento de Resistencia Islámica de Irak, es una facción destacada dentro de las FMP, un conjunto de grupos armados con una influencia considerable en Irak, tanto que el Gobierno iraquí, a pesar de las críticas de Estados Unidos por su cercanía con Teherán, está promoviendo una legislación para transformarlas en una entidad de seguridad autónoma.
Bagdad valora a estas milicias como cruciales para el mantenimiento del orden interno, aunque ocasionalmente han recurrido a la violencia excesiva para sofocar protestas contra las autoridades, como sucedió en 2019 con la represión del movimiento social Tishrin.
La severidad del ataque de julio, que resultó en tres fallecidos, entre ellos un oficial de policía, ha motivado a Al Sudani a identificar públicamente a los culpables como «afines a Kataeb Hezbolá y a las Brigadas 45 y 46 de las Fuerzas de Movilización Popular» que «se movilizaron sin órdenes ni aprobación, violando los protocolos militares y utilizando armas contra el personal de seguridad, causando muertos y heridos, incluyendo civiles».
La resolución de Al Sudani ha sido específicamente dirigida a los comandantes de estas dos brigadas tras endosar «las recomendaciones que incluían la destitución de los comandantes», como informa el comunicado de la agencia oficial de noticias iraquí, INA.
Es importante recordar que el incidente coincidió con la designación de un nuevo director para el departamento de Agricultura en el distrito de Karkh, en Bagdad, y la investigación ha vinculado a Ayad Kazim Ali, el predecesor destituido, como uno de los promotores del ataque.