Mueren seis cascos azules bangladeshíes en un ataque contra una base de la ONU en Sudán

Seis cascos azules bangladeshíes mueren y ocho resultan heridos en un ataque con drones contra una base de la ONU en Sudán, en plena guerra civil.

Archivo - Miembros de la Fuerza Interina de Seguridad de Naciones Unidas para Abyei (UNISFA)UNISFA / X - Archivo

Seis militares de Bangladesh desplegados en la Fuerza Interina de Seguridad de Naciones Unidas para Abyei (UNISFA) han perdido la vida y otros ocho han resultado heridos este sábado tras un ataque contra una base del contingente en la localidad de Kadugli, en Sudán, según ha confirmado el Gobierno bangladeshí.

“Seis miembros del Ejército de Bangladesh, integrantes de la fuerza de paz de la ONU en Sudán, han muerto en un ataque terrorista en Abyei el sábado 13 de diciembre. Ocho más resultaron heridos en el incidente”, ha publicado el gabinete de prensa de las Fuerzas Armadas bangladeshíes en un comunicado.

De acuerdo con fuentes de la misión de la ONU citadas por el “Sudan Tribune”, la base de la UNISFA fue alcanzada por un ataque con tres drones, que impactaron en una gasolinera situada dentro del complejo logístico.

Testimonios locales han denunciado intensos bombardeos atribuidos a las milicias del Movimiento para la Liberación del Pueblo de Sudán-Norte-Al Hilu (SPLM-N-Al Hilu), encabezado por Abdelaziz al Hilu y aliado de las Fuerzas de Apoyo Rápido, que mantienen desde hace meses el asedio sobre la ciudad. El objetivo sería forzar la retirada de los cascos azules de la zona para facilitar la captura de la localidad.

Condenas internacionales y versiones enfrentadas

El Ejecutivo sudanés, dominado por el Ejército, ha confirmado el ataque contra el cuartel de la UNISFA en Kadugli y ha señalado directamente a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) como responsables, según un comunicado firmado por el primer ministro, Kamil Idris. Las RSF, por su parte, han rechazado cualquier participación.

El Consejo Soberano sudanés presidido por Idris ha repudiado el bombardeo aéreo por considerar que vulnera la protección que ampara a las instalaciones de Naciones Unidas en Kadugli bajo el Derecho Internacional Humanitario. “El Gobierno de Sudán considera totalmente responsable de este ataque a la milicia terrorista de las RSF y pide a las Naciones Unidas y a la comunidad internacional a actuar con firmeza y medidas disuasorias para garantizar la protección de las instalaciones de la ONU y de los trabajadores humanitarios y que los responsables rindan cuentas conforme al derecho internacional”, ha señalado.

Un portavoz del Ejército sudanés ha detallado que contra el cuartel de Kadugli se dispararon tres cohetes, lo que provocó un incendio en un almacén y causó la muerte de los seis militares bangladeshíes.

Sin embargo, un representante de las Fuerzas de Apoyo Rápido ha rechazado “categóricamente” estas acusaciones. “Son mentiras, un intento desesperado y patético de acusar infundadamente a nuestras fuerzas”, ha indicado en una nota difundida por el “Sudan Tribune”. En el mismo comunicado, recuerda que las RSF “han protegido instalaciones de la ONU y garantizado la seguridad de los trabajadores humanitarios como se ha podido documentar”.

Reacciones de Bangladesh y de Naciones Unidas

El jefe del Gobierno de transición de Bangladesh, Muhammad Yunus, ha condenado el ataque y ha reclamado a la ONU que adopte medidas urgentes para garantizar la atención médica de los cascos azules heridos, además de expresar su respaldo a los familiares de las víctimas. Ha subrayado igualmente que las agresiones contra personal de paz de Naciones Unidas constituyen un grave crimen contra la paz internacional y contra la humanidad.

“Estoy profundamente conmocionado por la muerte de seis de nuestros valientes ‘cascos azules’ y las heridas de otros ocho cuando llevaban a cabo la noble misión de fomentar la paz y la estabilidad”, ha manifestado Yunus, quien ha resaltado la “sustancial aportación” de Bangladesh a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.

En la misma línea, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha repudiado el “terrible ataque con drones” contra la base logística de Kadugli. “Quiero trasladar mis más profundas y sinceras condolencias al Gobierno y al pueblo de Blangladesh, a las familias de los ‘cascos azules’ caídos y desear una pronta recuperación a los heridos”, ha declarado.

Guterres ha recalcado que se está prestando apoyo a los heridos con vistas a su evacuación. “Los ataques contra las fuerzas de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas constituyen un crimen de guerra tipificado en el derecho internacional”, ha advertido, antes de recordar a todos los bandos en conflicto su obligación de “proteger al personal de la ONU y a los civiles”. “Los ataques como el de hoy en Kordofán del Sur, contra tropas de mantenimiento de la paz son injustificables”, ha añadido.

Una guerra civil que agrava la crisis humanitaria

La actual guerra civil en Sudán se desencadenó por las profundas discrepancias sobre el proceso de integración del grupo paramilitar RSF en el Ejército regular, lo que hizo descarrilar la transición política iniciada tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir y ya muy deteriorada tras el golpe que apartó del cargo en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.

El conflicto, en el que intervienen distintos países respaldando a las facciones enfrentadas, ha hundido al país en una de las peores emergencias humanitarias del planeta, con millones de desplazados internos y refugiados. La comunidad internacional alerta además de la propagación de enfermedades y de los graves daños sufridos por infraestructuras esenciales, lo que impide atender adecuadamente a cientos de miles de personas afectadas por la violencia.

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