QUIÉN ES QUIÉN
A MANO ALZADA
El aspirante a la Presidencia de Honduras, Salvador Nasralla, ha asegurado este sábado que dispone de pruebas sobre «graves» irregularidades en más de 5.000 actas electorales y ha reiterado que, con base en el conteo paralelo realizado por su equipo, está persuadido de que se impuso en las elecciones presidenciales celebradas la semana pasada, pese a que el último recuento oficial continúa otorgando a su contrincante, Nasry Asfura, una ventaja superior a los 19.000 votos.
En un contexto de creciente malestar y críticas por parte de los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), que este sábado han denunciado «demoras e intermitencias en la gestión del material electoral» y «un marcada falta de pericia en el desarrollo y ejecución» del escrutinio, Nasralla ha utilizado su cuenta en X para comunicar que ha solicitado una nueva verificación del resultado.
«En más de 5.000 actas donde ya comprobamos que existen inconsistencias y errores graves, que están alterando la voluntad del pueblo expresada en las urnas, estamos solicitando una revisión minuciosa, incluida de ser necesario la verificación voto por voto», ha indicado.
El candidato ha llamado a la «tranquilidad» al considerar que la normativa electoral le otorga hasta el próximo 29 de diciembre para completar este proceso de revisión antes de proclamarse plenamente seguro de su victoria. «Nuestro departamento de cómputo, con el 100 por cien de las actas físicas en mano, nos ha demostrado que ganamos esta elección», ha asegurado.
Con el 88,02 por ciento de las actas ya procesadas, Asfura, del Partido Nacional, continúa liderando el recuento con 1.132.321 sufragios (40,19 %), mientras que Nasralla, del también conservador Partido Liberal, acumula 1.112.570 votos (39,49 %), de acuerdo con los datos oficiales preliminares difundidos por el Consejo Nacional Electoral, en un escrutinio marcado por repetidas interrupciones.
Ante este escenario, y en un comunicado hecho público este domingo, la OEA considera «imperativo» que las autoridades electorales de Honduras «garanticen plenamente que las etapas subsecuentes del proceso, incluyendo el alto volumen de actas aún no contabilizadas, el escrutinio especial y la fase de impugnaciones, se lleven a cabo con total claridad, máxima eficiencia y sin ningún tipo de retraso».
