El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha ratificado el jueves un controvertido proyecto de expansión en Cisjordania, que contempla la edificación de más de 3.000 nuevas viviendas, lo que resultaría en la división del territorio palestino en dos partes, aislándolo de Jerusalén Este.
“Dijimos que no habría un Estado palestino y, de hecho, no habrá un Estado palestino. Este lugar nos pertenece”, afirmó Netanyahu en una ceremonia en el asentamiento de Maale Adumim, donde firmó el acuerdo junto al ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich.
El controvertido plan urbanístico, que abarca aproximadamente doce kilómetros cuadrados en la zona denominada E1, fue aprobado definitivamente en agosto por el Ministerio de Defensa. Este proyecto busca conectar Jerusalén Este con Maale Adumim y tiene como objetivo aumentar la población de esta área a cerca de 35.000 nuevos habitantes en los próximos años.
La implementación de este proyecto urbanístico fraccionaría Cisjordania en dos secciones, una al norte y otra al sur, complicando de manera significativa la posibilidad de establecer un Estado palestino cohesivo. Esta situación fue celebrada por Smotrich una semana antes de la aprobación final del plan por un comité del Ministerio de Defensa.
