En un encuentro simbólico celebrado este lunes en Jerusalén, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, han optado por no mostrar públicamente las posibles diferencias surgidas tras el reciente bombardeo israelí en Qatar, subrayando su alianza en la lucha contra Hamás.
Netanyahu ha destacado la importancia de Estados Unidos como aliado principal, mencionando a Donald Trump como un “amigo personal” y valorando positivamente los ataques aéreos contra Irán este año, que han contribuido a una mayor seguridad en Oriente Próximo. Durante la rueda de prensa con Rubio, Netanyahu ha insistido en que el ataque en Doha fue una “decisión completamente independiente” y ha reafirmado que “asumimos toda la responsabilidad”.
Además, ha señalado el cinismo y la hipocresía en las reacciones internacionales, recordando las críticas ausentes tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Cinco miembros de Hamás y un agente qatarí perdieron la vida en el bombardeo, pero no afectó a los líderes del grupo, según ha indicado Netanyahu, quien ha mencionado que aún se está evaluando el impacto real del ataque.
“ELIMINAR” A HAMÁS
Por su parte, Rubio, tras las declaraciones de Trump calificando a Qatar como “un gran aliado”, ha evitado críticas y ha enfatizado la necesidad de enfocarse en el futuro y las sólidas relaciones con los socios del Golfo. Tanto él como Netanyahu ven esencial la “eliminación” de Hamás para el futuro de Gaza y la liberación de todos los rehenes.
Netanyahu ha justificado también la demolición de grandes estructuras en Gaza, explicando que son utilizadas por Hamás y que estas acciones no buscan intimidar a los civiles. Finalmente, Rubio ha expresado su escepticismo respecto a las iniciativas internacionales para reconocer el Estado palestino, argumentando que complican las negociaciones con Hamás y que muchas de estas acciones son motivadas por políticas internas.











