Este jueves, las facciones palestinas han realizado una entrega de armas al ejército de Líbano, cumpliendo con el plan de desarme que fue pactado en mayo por el presidente de Líbano, Joseph Aoun, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.
Según declaró el portavoz de la Presidencia palestina, Nabil abú Rudeina, las armas provienen de los campos palestinos de Rashidie, Al Bas y Burj al Shamali, situados al sur del río Litani, como informó la agencia de noticias WAFA.
Ambas partes acordaron formar una comisión conjunta para supervisar el proceso, y ya se realizó una primera entrega de armas la semana anterior, dentro de los esfuerzos de Beirut por consolidar el monopolio estatal sobre las armas.
“El inicio del desarme de las facciones palestinas en los campamentos de refugiados de Líbano es un paso histórico hacia la unidad y la estabilidad, que demuestra un verdadero compromiso con la paz y la cooperación”, afirmó Thomas Barrack, enviado especial estadounidense para Siria.
Varias facciones palestinas, entre ellas Al Fatá, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), controlan los doce campamentos palestinos en Líbano, la mayoría fuera del control estatal y creados como parte de la lucha armada contra Israel.
El proceso de desarme, que estaba inicialmente programado para junio, se retrasó por la falta de cooperación de algunas facciones, especialmente de Hamás, y por el reciente conflicto de 12 días entre Irán e Israel.
Aunque el Gobierno de Líbano ha prometido también desarmar a la milicia chií Hezbolá, Naim Qasem, su secretario general, ha pedido medidas para asegurar la protección del país y criticó que la prioridad de Beirut sea el desarme en lugar de “disuadir al agresor” israelí de realizar nuevos ataques o la retirada de sus tropas del territorio libanés.