El gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado este viernes la reactivación de las sanciones hacia Irán, motivada por el incremento del enriquecimiento de uranio a “niveles injustificables”. Esta acción se alinea con el procedimiento denominado ‘snapback’, que contempla la reintroducción de estas restricciones bajo el amparo de la ONU.
El ministro de Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, ha declarado en una nota que la medida “refleja la profunda preocupación de la comunidad internacional ante el incumplimiento por parte de Irán de sus obligaciones nucleares”.
Peters ha reiterado el compromiso de Nueva Zelanda con “los esfuerzos diplomáticos para prevenir la proliferación de armas nucleares de cualquier tipo”, instando a Irán a “volver a las negociaciones y reanude su cooperación plena con el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA)”.
Las sanciones entrarán en vigencia este sábado y, a partir de febrero, se exigirá a los ciudadanos neozelandeses registrarse en una lista específica para poder efectuar transacciones comerciales con Irán.
“El programa de registro para realizar negocios está diseñado para garantizar el comercio legítimo con Irán, que necesariamente debe ser supervisado”, explicó Peters.