Los responsables de la diplomacia de ocho naciones europeas, con José Manuel Albares de España entre ellos, han expresado este domingo su firme rechazo a la próxima acción militar de Israel en la Franja de Gaza, centrada en su ciudad principal, donde reside una población de entre 800.000 y un millón de palestinos, en su mayoría ya desplazados de otras áreas del enclave.
Albares, junto a sus colegas de Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Noruega, Portugal y Eslovenia, ha condenado «enérgicamente» el plan del Gobierno israelí de tomar control de la ciudad de Gaza, que se iniciaría en octubre tras una orden de evacuación obligatoria, dando dos meses a los residentes para dejar sus hogares antes de la intervención militar, de acuerdo con lo reportado por medios israelíes.
Los ministros de Exteriores argumentan que esta medida «solo agravará la crisis humanitaria» en Gaza y «pondrá en mayor peligro la vida de los rehenes restantes» en poder de milicias palestinas. «Esta operación provocará un número inaceptablemente elevado de muertes y el desplazamiento forzado de casi un millón de civiles palestinos», han señalado en un comunicado emitido este domingo.
Asimismo, rechazan «cualquier cambio demográfico o territorial» en los territorios palestinos ocupados, al considerar que «constituye una flagrante violación del Derecho Internacional y del Derecho Internacional Humanitario».
La estrategia delineada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y la ocupación prevista «representan un grave obstáculo para la implementación de la solución de dos Estados, que es el único camino hacia una paz integral, justa y duradera».
Los ministros subrayan además que la Franja de Gaza debe ser parte integral del Estado de Palestina, junto con Cisjordania, incluida Jerusalén Este», y enfatizan que «el reconocimiento de Palestina e Israel es la mejor garantía de seguridad para ambos y asegurará la estabilidad de toda la región».
En conclusión, reiteran sus demandas para una solución inmediata del conflicto: «un acuerdo de alto el fuego inmediato y el cese permanente de las hostilidades, la liberación inmediata de todos los rehenes a manos de Hamás y la entrada rápida, sin trabas y a gran escala de la ayuda humanitaria».
Finalmente, coinciden en que el futuro político de Gaza no debe incluir a Hamás como autoridad ni cuerpo de seguridad. «Hamás no puede tener ningún papel en el futuro gobierno ni en los acuerdos de seguridad en Gaza, y debe ser desarmado», concluyen.
